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Crónica levantisca

juan Manuel / marqués Perales

Gran coalición

MARIANO Rajoy tiene una hoja de ruta para encontrar el programa electoral. Y quién sabe si las elecciones. Tanto el ministro de Economía, Luis de Guindos, como el de Hacienda, Cristóbal Montoro, confían en que la recuperación económica que comenzará a notarse en el segundo semestre de 2014 tendrá forma de espiral; es decir, que será mayor de lo esperado en el Presupuesto, todo puede ir un poco más rápido. El dato de paro de diciembre es una señal. 146.000 desempleados menos que en enero de 2013 no se debe sólo a que el demandante se aburrió de ir a las antiguas oficinas del Inem a poner el sellito.

Si es así, el Gobierno aprobaría este mismo año una reducción de impuestos, básicamente del IRPF, cuyo efecto se notaría en los bolsillos en el mes de enero de 2015. A partir de ese momento, Rajoy podría convocar las elecciones generales. En mayo de 2015 son las municipales y la mayor parte de las autonómicas; la legislatura acabaría de modo natural, por tanto, sólo seis meses después, así que el adelanto tampoco sería tan radical. Si el empleo comienza a crecer más, el PIB otro tanto y el bolsillo de los asalariados toma un poco de peso, el PP estaría en condiciones de vestir esta maltrecha y triste legislatura, al menos de cara a su electorado natural. El otro se le ha ido de las manos para no volver en años.

Los alcaldes populares han adelantado esta hoja de ruta, agobiados por un calendario más estrecho. Sí o sí, las municipales son en mayo de 2015, y a la mayoría se le ha pasado el mandato sin más inauguraciones que rotondas y alumbrados de Navidad. En Sevilla, Juan Ignacio Zoido bajará el IBI, y los descensos de recaudación ya los compensará con las multas de los policías locales, convertidos en verdaderos agentes tributarios. Recaudadores medievales.

Ahora bien, esta leve, pero muy deseada recuperación económica, procurará al PP una mejoría electoral, aunque parece que no suficiente para repetir la mayoría absoluta. La subida que los sondeos adelantan para IU, UPyD e, incluso, Ciudadanos restará muchos escaños tanto al PP como al PSOE. Y es, en este escenario, donde se vislumbra un deseo que pueden compartir una mayoría de ciudadanos del país: la gran coalición.

Ante el desafío independentista, el temor a que los nacionalistas vuelvan a hacer caja con una minoría y un poco hartos de una dialéctica futbolera entre los dos grandes, un Ejecutivo entre socialistas y populares sería bien acogido, al menos, por algo más de la mitad de la ciudadanía.

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