Efecto Moleskine

Ana Sofía Pérez-Bustamante

God save the Bill (Literatura)

Acabo de leer El presidente ha desaparecido, una novela que firman Bill Clinton y James Patterson. Bill Clinton es el querido Bill, el marido de Hillary. James Patterson más que un hombre es una empresa, porque no da abasto para escribir todos los best-sellers que se le ocurren.

En España tenemos una ingenua prevención a los negreros literarios, porque no hemos terminado de asumir que la novela de consumo industrial es un producto hecho en cadena como cualquier otro (de lo contrario hablaríamos de artesanía, que se parece, pero con menos lectores y más adjetivos). A ver quién se cree que La Lechera es una señora cántabra que se pasa la vida ordeñando mientras sonríe pensando en la leche condensada de todos los españoles (incluido Quim Torra).

Imagino que un buen día Bill se acercó a Patterson y le dijo que tenía un prurito creativo que no le dejaba vivir. Entonces los dos se reunieron en una cabaña junto a un lago y Patterson le dijo: “Dispara, Bill, que yo apunto”. “Mira, esto va de un presidente de Estados Unidos que salva al país y al mundo”. “¿Cómo Harrison Ford en Air Force one?”. “‘Sacto’. Pero al final doy un discurso que se te ponen los vellos de punta. Como si fuera Abraham Lincoln pero en moderno”. “Lo capto. El protagonista se llamará Jonathan Lincoln”. Y más o menos eso fue todo. Patterson se cuidó de perfilar un presidente viudo (como Michael Douglas en El presidente y Miss Wade), con una sola hija adorada. “Tiene que haber ciberterroristas. E integristas. Y rusos. Y un sicario como el de Chacal”. “Tiene que haber impeachment, Bill: te lo aviso. Porque ya tengo el gancho de portada: ‘El thriller que solo un presidente podía escribir’”. “Bueno, pero sin becaria, por favor”. “No te preocupes: tu papel será épico, humano y asexuado como Tom Hanks. Pondré por ahí unos senadores y presidentes de cámara sacados de House of cards”. “Tiene que haber una cuota muy grande de mandos femeninos”. “Sí, y tú saldrás como un verdadero héroe de guerra torturado, tipo Homeland”. “Pero tiene que quedar claro que lo he escrito yo, James”. “Claro, Bill: va a estar escrito sobre todo en primera persona, que es como si fueras tú mismo”. “Como en Forrest Gump”. “Brillante, Bill”.

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