Gobiernos en la sombra

Iglesias tiene su gabinete alternativo con Ione Belarra como ministra de Defensa y Nacho Álvarez en Hacienda

El político del momento, Salvador Illa, no ha ganado fama por su gestión discutible al frente del Ministerio de Sanidad, sino por el estilo. Un hombre educado, respetuoso, llama la atención en un escenario en el que nadie se libra de practicar la exageración como norma. Políticos de todo signo se escandalizan de los errores ajenos o nos escandalizan con inexistentes virtudes propias. Illa ha arrancado la campaña catalana señalando a su vicepresidente de Economía en la sombra. Sombra, por improbable la hipótesis.

Su sustituto en el cupo catalán del Gobierno, Miquel Iceta, ha sido ministro en la sombra durante casi un mes, el tiempo que corría la banda entre el anuncio del ascenso de Illa y su nombramiento en Política Territorial. No será una jubilación; Iceta se convierte en uno de los pocos miembros del Gobierno con peso político propio. En realidad los gobiernos en la sombra son un invento británico. En España, Pablo Casado no ha articulado un gabinete alternativo, aunque tenga un grupo de escogidos que debaten sobre los temas especializados. El hiperliderazgo que se lleva en la política española convierte a los jefes de los partidos en hombres orquesta, con escasos acompañantes.

El que sí tiene montado un auténtico gobierno en la sombra es Pablo Iglesias. Está Ione Belarra de ministra de Defensa en la sombra, dispuesta a no perdonarle una a Margarita Robles. La secretaria de Estado de Iglesias puede acusar sin inmutarse a Robles de hacer el caldo gordo a la ultraderecha. Dice su jefe que reprende educadísima; debe ser porque Iglesias no ve los vídeos de Illa y le faltan referencias en la materia.

En marzo, cuando el Ministerio de Justicia desautorizó el borrador de Ley de libertad sexual por defectos técnicos, el vicepresidente acusó a Juan Carlos Campo de ser un machista frustrado. Tras haber defendido a su querida esposa, Iglesias delega las tareas de acoso. Su otro secretario de Estado, Nacho Álvarez, es el ministro de Economía y Hacienda en la sombra. La sombra de María Jesús Montero. Mayoral marca a Escrivá y a veces le entra a la tibia y el peroné por las pensiones. El ministro de Seguridad Social no sólo se duele, sino que replica: se extraña de las mentiras que le difunden y presume de haber enviado a Bruselas un informe sobre pensiones bastante mejor que el de Iglesias sobre dependencia.

Asunto aparte es que el vicepresidente sostiene que el poder no está en el gobierno, sino en manos de banqueros y empresarios "muy malos". Es la sombra de su debilidad...

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