Crónica levantisca

juan Manuel / marqués Perales

1-M en Gibraltar

HAY diversos topónimos irreales que cuentan la pluralidad de territorios de la provincia de Cádiz; uno de ellos es Euskádiz, aunque el, realmente, bueno es el que bautizó el ex presidente José Antonio Griñán: Cádiz Hezergovina. Griñán se refería a las luchas balcánicas del PSOE gaditano, que son realmente paradójicas, porque en cuanto los socialistas han dejado de pelearse, su partido avanza hacia la extinción. Pero, bueno, ése es otro asunto, porque los socialistas no batallaban por las comarcas de las que provenían, que son tan variadas como sugerentes: Jerez y su campiña; la Bahía de Cádiz, tan cerca y distinta; la Sierra, que tuvo en la Ronda malagueña su referente capitalino, y el Campo de Gibraltar, que lleva por nombre el de la colonia británica. Hay hasta dos obispos, el de Jerez y el de Cádiz, que además también lo es de Ceuta. Menos mal que hay una argamasa que los une, una unidad de destino en lo universal: el paro, un 43% de desempleo según la última Encuesta de Población Activa, 254.000 parados, un mal que se padece desde finales de los años setenta.

UGT y CCOO organizaron ayer nueve manifestaciones por el Primero de Mayo en Andalucía, ocho en las provincias, más otra en La Línea, justito al lado de la Roca, y no es que Carmen Castilla y Francisco Carbonero hayan recuperado aquella reivindicación de la novena provincia andaluza, sino que Gibraltar levanta todos los días una verja por donde cruzan unos 7.000 trabajadores españoles. Es decir, que Gibraltar es la tercera empresa gaditana después del SAS y de la Consejería de Educación. Pero a cuenta de unas aguas, un tratado secular y un ministro, García-Margallo, el de Exteriores, que proclamó aquéllo de que "la broma se ha acabado", estos empleados sufren otras bromitas más desagradables en las colas del Peñón.

Sí, Gibraltar es un paraíso fiscal, como lo es la City de Londres, Luxemburgo, Andorra y las islas del Canal, pero como nadie va a acabar con ellos, es preferible que esté junto a La Línea que en el Caribe. Algo nos llegará. Esto será un ejercicio de cinismo, aunque el más hipócrita de todos es el patriotismo que se envuelve en las banderas para olvidar a sus ciudadanos. Patrullitas dirigidas desde Interior, caladeros que nunca existieron y alcaldes que sueñan con armadas invencibles. El Foro Tripartito, disuelto por García-Margallo, proponía aparcar la disputa de la soberanía para mejorar las relaciones de vecindad. A ver, uno de esos expertos en balanzas fiscales: ¿cuál sería el beneficio de abrir para siempre la dichosa Verja?

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