Cuchillo sin filo

Francisco Correal

fcorreal@diariodesevilla.es

Gárgoris

Dragó ha escrito un libro sobre Abascal. Otegi ya lo tiene. Se titula 'Patria' y lo firma Fernando Aramburu

Cuando Fernando Sánchez Dragó ganó el Premio Nacional de Literatura en 1979 con Gárgoris y Habidis. Una historia mágica de España, por orden de aparición, como se decía en las películas, Pedro Sánchez tenía siete años, Pedrito total; Santiago Abascal, tres, pura guardería; Pablo Iglesias, un año de vida, los que pronto tendrán sus cachorros; Albert Rivera nació el mismo año de su publicación y Pablo Casado ni siquiera estaba en este mundo. El autor de Gárgoris y Habidis, que fue su puesta de largo en las letras, tiene suficientes quinquenios literarios y vitales -es un hijo del 36 y como tal puro superviviente- como para escribir lo que le apetezca, incluido su último libro, Santiago Abascal, La España vertebrada.

Cuatro décadas después, vuelve a aparecer la palabra España en la portada de un libro escrito por alguien que siempre profesó un sincretismo transfronterizo donde no entraban patrias chicas ni grandes. Asistí en 1979 a la presentación de Gárgoris y Habidis en el Ateneo de Madrid. Sánchez Dragó contó como padrinos como García Calvo, Tierno Galván o el profesor Aranguren, entre otros. Allí descubrí que mi compañero de cuartel en el paseo de la Castellana, Alejandro, era hijo de Sánchez Dragó. Su padre pasó de anónimo a mediático, con lo que eso supone de atraerse por igual filias y fobias.

Dirigió la tertulia literaria de Televisión Española en la que Fernando Arrabal emuló al cónsul de Bajo el Volcán cambiando el mezcal por aguardiente y le hizo una entrevista gloriosa a Borges en la que decía que Cien años de soledad no estaba mal pero que cincuenta habrían sido suficientes. Algunos se rasgan las vestiduras porque Dragó haya escrito un libro sobre el líder de Vox. ¿No es más pernicioso aprobar unos decretos con la rúbrica de Arnaldo Otegi? En sus avisos contra la derecha, Pedro se olvida que el lobo lo lleva al lado. La ventaja de Otegi es que no necesita que nadie le escriba un libro. Ya tiene su novela. Se titula Patria y la firmó Fernando Aramburu. Un relato verosímil sobre las fracturas del terror. Una infamia silenciada en almidón, anestesiada con la máquina cicatera de olvidar o recordar según convenga, que está en la esencia de Bildu y daría para un congreso donde abunda la bibliografía: Fernando Savater, Aurelio Arteta, Raúl Guerra Garrido, Jon Juaristi, Daniel Múgica. En tiempos de Gárgoris y Habidis, la guadaña ejercía la rutina de matar como un acto administrativo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios