Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Miré ayer con atención y creciente perplejidad las entradas de un foro de noticias de un diario de ámbito nacional. No me lo podía creer. Se comentaba la portada de una revista colorín que habla de la Reina, que lloró desconsoladamente el día de Noche Vieja y que estuvo sola. No repito aquí algunas de las enormidades que han publicado. Es como entrar en la masa de la sangre -pútrida- de España. ¿Pensaba usted, ingenuamente, que Doña Sofía contaba con el respeto de los españoles? Le aseguro que de todos los españoles no, todo lo contrario. Algunos incluso hacen sangre, como se suele decir, con este asunto de Urdangarín. Atreviéndose a poner en circulación la especie de que la "suegra" (estos son los términos) lo sabía, así como "su hija".

El rosario de improperios, malas babas, injurias, insultos, descalificaciones y toda la turbamulta de bajas pasiones que se puede leer en este foro a la noticia es extenso, insoportable. Ojalá que la Reina no entre ahí y lea cómo le pagan algunos los años y años de servicio a los españoles,a quienes ha dedicado su vida con ejemplaridad y abnegación.

En cierto modo el que "disparen" contra la Reina puede considerarse un episodio más de esta gangrena moral que soportamos. El negocio se ha establecido en que nadie soporta la prueba del algodón. Bajo esta premisa, todo está permitido. Y hay quien cobra sus buenos euros por "analizarlo", difundirlo, "explicarlo". Mi amigo Pepe Oneto, que oteó el horizonte que se nos venía encima hace muchos años, le llamó el "vuelta y vuelta". Es decir, la parrilla. Y si se va la mano, se achicharra a alguien, no pasa nada. Es como los realitys. Adaptado el cuerpo de la nación televidente a los insultos, gestos, procacidades, descalificaciones y demás barbaridades, ¿qué quedaba? La violencia en directo. Ir a las manos y, si posible fuera, lo máximo: la muerte en directo. El número de telespectadores subiría a las nubes, y la cuota de anunciantes sería el gran negocio de la cadena. Salvo que, como sucedió no hace mucho, los anunciantes rompieran los contratos con la televisora ante el hedor insoportable de los programas porque entendieron que eso les perjudicaba.

Los foros en este tenor puede que hayan sido considerados como una puerta que se abre a la publicidad que se pone en la web del periódico. Como lo que se miden son las entradas, y a más entradas más tarta publicitaria, el foro abre una puerta masiva con el anonimato miserable y el obsceno canibalismo. Lo de la Reina de ayer, para mí al menos, ha cubierto lo tolerable. Me borro de mirar el foro de ese periódico y también el periódico. El todo vale y sale gratis nos explotará en la cara el día menos pensado.

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