Son días de hacer cuentas. Los autónomos y empresarios enumeran sus pérdidas, mientras muchos trabajadores calculan en cuánto se les quedará el ingreso mensual con el ERTE. El ya famoso 70% que la Seguridad Social paga de lo cotizado durante los últimos seis meses. Y aquí es donde el pirateo florece, porque aunque la economía sumergida cada vez requiere de más ingeniería ante la obligación de fichar la jornada, no son pocos los empleados que no están cotizando todas las horas que trabajan. El pago en sobre subsiste. Pregúntenle si lo dudan a buena parte de la hostelería gaditana. El currante que cobra un pico de su nómina en b para que el empresario se ahorre parte de su cotización (lo paga el trabajador de su salario en realidad, aunque nunca llegue a ingresarlo) pierde ahora su derecho sobre esa cantidad, que a la vista de la administración no existe. Ese pirateo resta protección a la ciudadanía porque socava recursos públicos, además de no saber cuándo le hará falta a cada uno un subsidio (llámese ERTE, paro o baja), sin entrar ya en la jubilación. Aprendamos otra lección.

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