SIGUE el largo peregrinar del Cádiz esta tumultuosa temporada en Segunda, una temporada que está resultando demasiado larga por la cantidad de contratiempos que se han ido sucediendo a lo largo de la misma y a falta de seis jornadas aún se sigue con el susto en el cuerpo y la intranquilidad de no tener matemáticamente conseguida la permanencia.

El rival de esta semana no es el más indicado para tranquilizar al personal. La Real Sociedad que ahora dirige Juanma Lillo es junto a la del Celta, la plantilla más potente de la categoría, aunque lleguen mermados por la sanción de Garitano y la lesión de Aranburu. Pero el verdadero problema de los amarillos está en el propio Cádiz, donde a pesar de haber transcurrido treinta y seis jornadas, aún no se ha conseguido dar con el esquema que permita transmitir unas sensaciones de seguridad. La reacción que tuvo el equipo en las dos primeras comparecencias con Raúl Procopio se vieron neutralizadas con las derrotas ante el Sporting y el Racing. Una por errores ajenos y la otra por errores propios.

Es una jornada importante para dejar sellada casi definitivamente el estar la próxima campaña en la división de plata, debido a los enfrentamientos directos entre los equipos que están directamente implicados con los puestos de descenso. Los donostiarras son un rival muy peligroso, pero para los amantes a las estadísticas existe una buena dosis de tranquilidad, ya que la Real tiene al Carranza como su campo maldito, pero para que esto siga ocurriendo hay que ayudar con un juego y, sobre todo, con una total concentración, para no verse sorprendidos por una jugada aislada.