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EL ALAMBIQUE

José / María / Morillo

Feria ¿en 1942?

LAS ferias de ganado dejaron de celebrarse en El Puerto en 1916, en septiembre, ante la decadencia y falta de negocio de las mismas, y que se remontaba a los privilegios alfonsíes y el fuerte empuje que alcanzó en el siglo XVIII. Hasta después de la Guerra Civil no se celebraría la Feria de Primavera, como hoy la conocemos, concretamente hasta 1945. Empero, dos años antes, en el Coto de la Isleta, durante los años 1943 y 1944, se celebraban unas ferias de ganado, según documentación que obra en el Archivo Municipal.

Pero Antonio González Morillo, Antonio Guindate, afirma a sus 97 años, que la primera feria de ganado, tras 1916 y después de la Guerra, fue en 1942 y que él fue testigo de la misma, con 26 años de edad. Corría el año 1942 y Fernando Terry del Cuvillo, apodado el Levante por su temperamento, se propuso siendo alcalde (1941-1943) reinstaurar la Feria en El Puerto. En el Casino de Labradores le propuso a Gabriel González Franco, padre de Antonio, que enviara unas bestias al Coto de la Isleta, por Valdelagrana, que quería hacer una Feria de Primavera. Tenía empeño para hacerla competir con Sevilla y Jerez, y quiso situarla en medio de ambas. Y allá que Antonio y un primo se encajaron con las caballerías a la entrada del Coto.

Recuerda Guindate hasta los nombres: 2 yeguas, la torda y la castaña; 2 mulos garboso y coronela; 1 burro padre y una jaca colorá (un caballo capado), apodado el tomate. Ya instalados en el Coto, llegó el alcalde con Gabriel, su padre en un coche y estuvieron hablando de caballos y ganaderías. Para celebrar la inauguración de aquella primera 'Feria', se acercaron a un sombrajo modesto, donde se servían bebidas, donde los invitó a una botella de la entonces manzanilla Maruja.

Al día siguiente, la familia de los García de Quirós, también llevaron sus bestias al Coto. Aquella primera feria duró dos días, sin carteles, sin guardias y sin banderolas. Y Antonio, lo mantiene con su vívida memoria, mientras los investigadores bucean en periódicos y documentos de la época, para corroborar este hecho que, de momento, está recogido de forma oral de boca de uno de sus protagonistas.

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