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La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Feijóo, con el pie cambiado

La presidenta de la Unión Europea obliga a rectificar al PP español: adelante con el impuesto a las energéticas

Es curioso que Núñez Feijóo haya patinado con estrépito en dos disciplinas que presuntamente dominaba. Se suponía que su oposición iba a ser sensata y moderada, sin chirridos ni insultos, y resulta que está respondiendo a la vieja consigna negativista:¿Qué propone el Gobierno, que me opongo? Se suponía que no era dogmático ni excesivamente ideologizado, y resulta que sostiene el dogma de la no subida de impuestos sin tener en cuenta las circunstancias excepcionales en que vivimos. Parece Casado. Esta semana ha estado a punto de hacer bueno el relato urdido en la Moncloa sobre su figura: un insolvente, que practica la política del no a todo y es el máximo defensor de los grandes poderes financieros y energéticos confabulados para derrocar a Pedro Sánchez y debilitar a la mayoría social, ahora rebautizada como clase media trabajadora.

Lo ha salvado, obligándole a rectificar, la democristiana alemana Úrsula Von der Leyen, nada menos que en el debate sobre el estado de la Unión Europea, en Estrasburgo, al proponer a los Estados miembros un impuesto especial sobre los beneficios de las compañías energéticas hinchados por la espiral de precios. Lo dijo utilizando casi las mismas palabras que un día antes había usado Sánchez en el Congreso de los Diputados: en estos tiempos no puede ser que algunos obtengan beneficios extraordinarios gracias a la guerra y a costa de los consumidores. No fue ocurrencia suya. Inmediatamente recibió el apoyo del Partido Popular Europeo (al que pertenece el PP español).

Pillado a contrapie de un día para otro, Feijóo no tuvo más remedio que recular y admitir que, bueno, no iba tan descaminado el Gobierno de PSOE y Podemos al implantar el impuesto extraordinario y temporal a los suministradores de luz y gas. Aun así, trató de justificarse matizando que el castigo fiscal de la UE, que se impondrá, gravará los beneficios, mientras que el del Gobierno español iba a aplicarse sobre los ingresos totales. Excusas de mal pagador.

En realidad estas actitudes obedecen a lo que decía al principio, al dogmatismo ideológico y al sectarismo opositor. Lo de Úrsula responde a la lógica del capitalismo compasivo, el único viable en la situación de excepción que padecemos; lo de Feijóo se atenía estrictamente a los códigos del neoliberalismo insolidario que engorda a banqueros y generadores de energía y consagra el empobrecimiento de la gente corriente. La que hace ganar elecciones.

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