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Expectación

En la calle aguardan los votantes con los ojos y los deseos bien abiertos. No caben más maniobras de distracción

Del discurso de la pasada investidura del Presidente de la Junta se destacó la búsqueda deliberada de una cierta moderación. Esta moderación formal fue bien acogida sobre todo por mostrar síntomas de apaciguamiento en el tenso clima de la vida política nacional. Ya que situarte verbalmente como moderado es un recurso cómodo, con el que se ganan créditos a costa de obviar las trifulcas que sacuden a los otros. Sirve para poco más. Ganas tiempo, aplazas la necesidad de exponer tus cartas, y consigues así una prórroga. Pero los compromisos se mantienen en lista de espera. Se habían callado, pues, solo temporalmente. Mas ahora que se acerca el otoño hay que dar la cara de manera inapelable. En la calle aguardan los votantes con los ojos y los deseos bien abiertos. No caben más maniobras de distracción. Por otra parte, la época veraniega ha dado tiempo, a viejos y nuevos consejeros de la Junta para sopesar, planificar y programar las muchas tareas pendientes. Precisándolas, a la par que se cumple con la obligación moral de exponerlas ya públicamente. Tal como si dijeran: esto es lo que pensamos hacer.

Ha llegado, pues, el momento de la verdad. Caracterizarte como moderado ya no será suficiente, ni puede usarse por más tiempo como disfraz. Hay que asumir uno de los riesgos más excitante para un político que ha ganado unas elecciones y tiene vía libre para gobernar. Ya no basta con ilusionar en vano para arrancar votos, porque ahora ya los tiene. Su nueva misión consiste en enfrentarse con papeles, informes, datos y estadísticas y plantear las propuestas con las que ha de colmar las ilusiones reales de unos andaluces que aguardan expectantes que se aborden sus problemas.

Es un momento de zozobra e inquietud. Por eso, a muchos ciudadanos podría serles útil que se difundiera, en estos días, una especie de libro blanco, como se hace en otros países. Un libro, recordatorio y calendario a la vez, que recoja las propuestas importantes que la Junta aspira a resolver en los próximos cuatro años, recalcando las dificultades que implican y las posibilidades existentes para superarlas. Todo eso escrito y organizado para que, desde la calle, se sigan, con ilusión, los logros que puedan darse, o comprenderse mejor las causas de los fracasos. Todo esto supone riesgos para la actividad política institucional, porque aviva el control y la conciencia ciudadana y obliga a explicar el porqué de los pasos que se dan en los lejanos despachos. Debe dar miedo ponerlo en práctica, pero despertaría nuevas esperanzas entre los andaluces.

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