Euskadi es diferente

Un Gobierno de coalición es más coherente que un pacto confuso. El PP y Ciudadanos debieron buscar esa fórmula

El acuerdo entre el Partido Nacionalista Vasco y el Partido Socialista de Euskadi (o sea, el PSOE) para gobernar en coalición no es ninguna novedad, pero incluye novedades. No es novedad porque ya se ha practicado, con bastante coherencia por cierto en los tiempos de José Antonio Ardanza y Ramón Jáuregui. Los tiempos en los que el PNV también pactó con Aznar para que gobernara el PP en España, no se olvide. Los tiempos previos al Pacto de Estella, a que Arzalluz se radicalizara, a que Ibarretxe jugara a ser más batasuno que nadie, sin entender que el PNV es más o menos lo que ahora representa Urkullu: el equilibrio para gobernar desde la ambigüedad, la derecha vasca carca que se modernizó para parecer centrista sin renunciar a lo euskaldun.

Tampoco es novedad porque se veía venir. El PSE y el PNV ya tenían acuerdos de gobierno en las diputaciones forales y en los principales ayuntamientos vascos. Por el contrario, es novedoso que Idoia Mendía, actual líder del PSE, fiel seguidora de Pedro Sánchez y Patxi López, haya pactado tres consejerías para los suyos con un partido de centro derecha, después de las terribles dudas ideológicas que le planteaba la ruptura del no es no para abstenerse con Rajoy.

La principal novedad es que la jugada ha quedado al descubierto. Esto lo tenían pactado Pedro Sánchez e Idoia Mendía desde antes del ridículo en las últimas elecciones vascas. Formaba parte del acuerdo para que Pedro Sánchez fuera investido presidente del Gobierno con los votos de Podemos, los independentistas catalanes y el PNV. Eso no saldría gratis, sino a cambio de concesiones para una España de Primera y otra de Segunda. En el País Vasco se pueden comprometer a cuestiones de dudoso encaje con lo que defiende el PSOE.

Aún así, los socialistas hacen bien en dar estabilidad al PNV en el País Vasco. Los socialistas harían bien en dar estabilidad, en general. Los socialistas gobernaron en el País Vasco, en 2009, cuando Patxi López fue lehendakari, con el apoyo altruista del PP, que votó a favor. Después de eso sucedió que el PNV gobernó en solitario en las siguientes elecciones. Los socialistas vascos perdieron el poder después de tres años de Patxi López; pero en 2016, con Pedro Sánchez e Idoia Mendía, han perdido más votos. Hasta fueron sorpassados.

Un Gobierno de coalición es más coherente que un pacto confuso. El PP y Ciudadanos debieron buscar esa fórmula. Pero Euskadi es diferente. Allí se puede hacer todo lo que en Madrid parece imposible.

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