Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

España y olé

No hay fiesta más democrática que el Carnaval. Aquí no hay zonas VIP, ni casetas privadas. Todo es para todos

Si un marciano hubiera llegado la semana pasada a Sevilla o viniese esta a Jerez, no saldría de su asombro. La vida de las ciudades se para y toda actividad se traslada a un lugar lleno de polvo, de cagadas de caballo, de animales que sufren bajo el sol, de lonas, las mujeres con unos floripondios en la cabeza y unos vestidos metidos con calzador, los hombres todos de traje azul y corbata, todos de pie bebiendo vino en unos lugares donde solo pueden entrar los invitados bajo la custodia de unos tipos vestidos de uniforme con la cabeza rapada. Todo el rato bailando al son de una música repetitiva, algunos hombres con sombreros , chaquetilla y pantalones ceñidos sobre unos pobres caballos, algunas mujeres en unos vehículos tirados por torturados animales con el único objeto de que las vean en eso que llaman "el real" sin el menor objetivo de ir a lado alguno, con la sola intención de exhibirse. No creo que haya en Europa una actividad más atávica, quizás con la excepción de los Sanfermines. En una fiesta y en otra todas las tardes "la fiesta de los toros es un espectáculo que consiste en convertir a un bello animal en una albóndiga sanguinolenta". Eso que los de Vox llaman tradiciones en realidad es una cita con el neolítico. Una vez fui a una recepción en la caseta de una emisora invitado por unos amigos. En un momento dado quise ver a mi amigo Carlos Rosado, que andaba en una caseta particular. Fui a buscarlo y no hubo manera de que los guardias de seguridad me permitieran entrar ni siquiera para avisarle, por lo que concluí: "¿Sabes por qué son mejores los Carnavales que esta feria? Porque no hay que soportar a tipos como vosotros". En una semana empieza el concurso del Falla y en unos días el Carnaval que el Ayuntamiento de Cádiz pospuso por la pandemia, con la natural controversia. A partir del 4 de junio habrá fiesta en la calle, no hay fiestas privadas, ni recintos exclusivos,, ni guardias de seguridad, ni toros. Si viene Ana Patricia Botín podrá disfrutar de las coplas en la calle como cualquier vecino del Cerro del Moro. En ese sentido no hay fiesta más democrática porque no hay zonas VIP, no hay casetas privadas, no hay fiestas exclusivas. Todo es para todos. En Sevilla, en Jerez, en El Puerto o en cualquier otra feria, si no tienes acceso a una caseta privada eres un pringao. Quizás por eso me llama la atención el show político en la Feria, de manera especial el paseo de dirigentes comunistas e izquierdistas en un lugar donde los señoritos van a caballo y la gente de dinero no se codea con el populacho. Quizás por eso la izquierda está desorientada, porque se piensa que así conecta con el pueblo y lo que hace es el caldo gordo a la derecha más casposa de Europa.

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