Desde Tribuna

José Joaquín / León /

Errores con alto precio

EL tren del ascenso se está poniendo muy caro, a pesar de que el Cádiz había llegado al pasado Domingo de Ramos con las máximas posibilidades. Después de cuatro victorias consecutivas, vinieron las dos derrotas, y ayer un empate en Carranza. Dos puntos más que se regalan, esta vez a un rival directo. El Cádiz tuvo el partido bastante claro para ganarlo, pero no fue capaz. Por los errores de los futbolistas y del entrenador, que rompió el partido con un cambio de nefastas consecuencias.

El Sevilla Atlético es un equipo que juega y deja jugar, con más calidad y oficio que otros filiales. La alineación que puso esta vez Claudio entraba dentro de la lógica, aunque faltara un extremo nato para acompañar a Álvaro García. Desde que se lesionó Salvi el Sábado de Pasión, en una jugada de infortunio, el Cádiz no ha vuelto a ganar. Como si fuera un maleficio.

Vimos una primera parte de toma y daca, con más voluntad que acierto. Sin embargo, el Cádiz pudo y debió irse con ventaja al descanso, porque Güiza falló un gol clamoroso, en el minuto 23, con toda la portería para él, después de que Álvaro, siempre luchador, le pusiera un balón para empujarlo, en un contragolpe. El problema del Cádiz es que ya sólo crea peligro Güiza, porque Lolo Plá está en tantos sitios que no acierta a rematar en ninguno.

Podía ganar cualquiera. Eso quedó claro en el principio del segundo tiempo. Se adelantó pronto el Sevilla Atlético, en una jugada de despiste y polémica, porque el autor del gol, Borja Lasso, tocó el balón con la mano, justo antes de que el portero Alberto Cifuentes no fuera capaz de parar ese mal remate a trompicones. Por suerte para el Cádiz, empataron un minuto después. Jandro, que apareció de pronto, le puso una asistencia a Güiza (¿a quién si no?), que esta vez cruzó el balón con acierto y empató el partido.

El árbitro madrileño Pérez Muley, cieguecito en casi todo, expulsó a Cotán por darle una patada en la cara a David Sánchez. Era tarjeta roja de manual. Faltaba más de media hora. Ahí empezaba otro partido, que no fue capaz de ganar el Cádiz, con un dominio ineficaz. Además, se complicó todo con los cambios. Claudio sustituyó a Lolo Plá, que tenía una tarjeta, con el consiguiente peligro, pues se notaba que el árbitro podía equilibrar de un momento a otro. Entró Despotovic, que volvió a demostrar lo mismo: nada.

Después vino lo peor. Faltaba poco menos de un cuarto de hora, cuando a Claudio se le ocurrió sustituir a David Sánchez por Kalou. El debutante fue expulsado, un minuto después de salir, por una entrada temeraria, que se debió ahorrar tal como estaba la tarde. El error del muchacho es sólo suyo, pero el entrenador no le debió conceder esa oportunidad envenenada, en un partido que no estaba para pruebas de chavales. Tenía también a Abel Gómez, al que puso por Jandro, justo cuando el Cádiz se quedó con 10.

Conclusión: ya no hubo más remates a la portería del Sevilla Atlético. Se desperdició una ocasión clara para ganar y adelantarlos. A día de hoy, viendo lo que se ve, haría falta ser muy optimista, rayando en la ilusión y la fantasía, para pensar en el ascenso.

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