Los que tienen que ser los principales defensores de la escuela pública son los primeros que la maltratan. Para alguien que tiene en sus principios este tipo de enseñanza, se queda sin argumentos cuando ocurren cosas como el traslado obligado del alumnado del Josefina Pascual al colegio Santa Teresa para poder comer. Los centros concertados ganan por goleada en los últimos años en la capital gaditana porque desde la administración autonómica se prefiere, sin decirlo, cerrar colegios públicos y dejar o, incluso, aumentar las plazas en la privada concertada. Esta enseñanza está para cubrir la demanda que la pública no puede ofrecer. Por desgracia, lo que ocurre es otra cosa muy distinta. En vez de reducir plazas en la concertada para que los públicos tengan más alumnos y dotarlos de medios, se subcontrata la enseñanza porque le resulta más cómodo.
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