EL fin del veto impuesto por Bruselas a la construcción civil por parte de Navantia comienza a dar sus frutos. La mejor prueba de ello es que Iberdrola ha confirmado la adjudicación a Navantia Puerto Real de la subestación eléctrica del proyecto 'East Anglia One'. Esta plataforma con 158 metros de altura y cuyo peso total superará las 7.700 toneladas, servirá para revitalizar la realidad económica y social de una zona industrialmente deprimida en los últimos años como es la Bahía de Cádiz. No en vano, en la misma se invertirán 65 millones de euros y generará picos de trabajo de hasta 600 operarios (350 personas de media) en los próximos 24 meses.

En poco más de dos años, la confianza depositada por la firma energética en los astilleros se ha visto sellada con dos contratos muy ambiciosos -este último cuajará en el mayor proyecto español de la historia en el sector de las renovables- que vienen a confirmar que el mercado eólico ha llegado para quedarse. Y para ello, tal y como el propio presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, destacó en Sevilla tras reunirse con la presidenta andaluza, Susana Díaz, ha sido determinante el gran interés y el empuje mostrados por la Junta de Andalucía en los últimos meses para que la subestación se construyera en Puerto Real.

El gran poder de adaptación exhibido por los astilleros para competir con garantías en la construcción naval civil ampliando su cartera de servicios también ha sido decisivo para que Iberdrola haya encontrado en Navantia a un socio perfecto para llevar a cabo sus inversiones ligadas a la energía eólica marina. De hecho, el trabajo ya realizado en la subestación Andalucía sirvió para certificar su competitividad, calidad y buen hacer, así como para pujar con garantías por nuevos contratos como el de la nueva plataforma que se instalará en aguas inglesas. En este contexto, el presidente de la compañía eléctrica ya ha avanzado que dada la consolidación en esta nueva línea de producción de Navantia, en el futuro se podrían adjudicar más pedidos para los próximos proyectos de eólica marina que tiene en cartera en Reino Unido, Francia y Alemania. Este nuevo contrato, como se apresuraron a destacar desde el Gobierno central y la propia Junta de Andalucía, resalta la confianza del mercado en Andalucía y en sus astilleros, así como en la capacidad y el talento de sus trabajadores y de la empresa. Sólo si se continúa en la misma senda apostando por la exportación de tecnología y capacidad, como demuestran Iberdrola y Navantia, se podrá garantizar el éxito en el camino hacia la internacionalización de nuestros productos.

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