SIN duda alguna, las cifras que se aprueban en la Ley de Presupuestos, establecen con precisión las prioridades políticas y el alcance real de los diversos planes de un Gobierno. De hecho el presupuesto es la herramienta clave con la que un Gobierno actúa para transformar el modelo social vigente en el sentido que dicta sus valores e intenciones. Los Presupuestos Generales del Estado para 2011 ya han entrado en el Congreso de los Diputados. Es la propuesta que el Ejecutivo hace a la Cámara Baja y tras la que se abre un periodo de negociación que culminará con la aprobación, así lo deseamos, de los presupuestos a mediados del mes de diciembre.

Son unos presupuestos austeros, afectados por el Plan de Ajustes que el Gobierno va a hacer en los dos próximos años para cumplir con el compromiso de estabilidad y afianzar la confianza en la solvencia de nuestra economía. Son por tanto unos presupuestos adaptados a la coyuntura económica, en la que el gasto público se reduce un 7,9%; los Ministerios reducen sus presupuestos en una media del 16%; y la inversión en infraestructuras se ve afectada por un importante recorte. No obstante podemos decir que la inversión que se hará en esta materia en 2011, es un 53% más que la media de la que hizo el Gobierno del PP en su última legislatura.

Donde no hay austeridad ni recorte son con las políticas sociales que representa el 58% del gasto contemplado en los Presupuestos 2011. Nunca se había destinado un porcentaje tan alto al gasto social en las cuentas del Estado. El Gobierno de Zapatero lo ha tenido claro, primero las personas, luego las carreteras. Porque en la coyuntura económica en la que nos encontramos no pasa nada si hay que retrasar la construcción de una carretera, pero lo que no podemos hacer es reducir del gasto que se invierte en las personas.

Así se ha preferido retrasar algunas obras e incluso no hacerla si no es prioritaria y sin embargo apostar por ampliar el número y la cuantía de las becas para los estudiantes. Se ha consignado para el año próximo la mayor dotación de becas de la historia. Se ha preferido mantener la ayuda al alquiler en los jóvenes garantizar la protección a los desempleados, aumentar las pensiones mínimas y ampliar las plazas de educación infantil de 0 a 3 años. Por tanto son unos presupuestos donde lo primero son las personas.

En unos presupuestos, el gasto inversor no territorializado representa el 90% del mismo, mientras el territorializado supone tan sólo el 10%. En las cuentas del Estado esa inversión se distribuye por territorios en función de los criterios constitucionales y cumpliendo los compromisos estatutarios con cada una de las Comunidades. Así cada región debe recibir aquellos fondos que aseguren el desarrollo, la igualdad y el bienestar de la población vivan donde vivan. Así unos años tocará incrementar la inversión en unos lugares y otros años en lugares distintos.

La provincia de Cádiz ha salido bastante bien parada en estos presupuestos, ya que recoge cada uno de los compromisos del Gobierno socialista con nuestra tierra: el segundo puente de Cádiz, la llegada del AVE para el 2012, los planes de reindustrialización, el pago de la primera serie de Buques de Acción Marítima, (la segunda fase se presupuestará a través de una enmienda). Estas inversiones junto con otras hacen que estemos cerca de los 700 millones de euros para el 2011. Un poco por debajo de la cantidad del año 2010 pero por encima de los presupuestos de 2007 y 2008, años buenos económicamente. Pero sobre todo en el 2011 también estamos muy por encima de los presupuestos de los años de Gobierno del PP.

De todas formas me gustaría añadir un matiz, debemos de huir de hacer una valoración de los presupuestos en función de si se computa más o menos dinero que el año anterior. Lo importante es que cada año se reciban los recursos precisos para asegurar nuestro desarrollo y en ese sentido podemos decir que este presupuesto cumple claramente con nuestros compromisos. Como ejercicio de pedagogía tendremos que hacernos la idea de que la inversión de una provincia no es la misma cuando en ella se están ejecutando una obra tan cara como la del AVE, que cuando la obra ya está acabada y en funcionamiento. A lo mejor dentro de pocos años nuestra provincia necesitará satisfacer otras necesidades no tan costosas como algunas de estas infraestructuras.

Por tanto insisto en que nunca un presupuesto provincializado debe medirse por la cantidad sino porque cumplan las expectativas, las necesidades y los compromisos. Y estos tres requisitos lo cumplen los presupuestos del Estado previstos para la provincia de Cádiz en 2011.