Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Élan vital

Don Croqueta quiso hacer su deposición para darse el pisto, para que todos pensáramos qué culto es. Un "¡ohhhh!" colectivo

Hay un refrán reaccionario que dice "no hay nada peor que un pobre jarto de pan". Parafraseando: no hay nada peor que un político fatuo y engolado. Días pasados el concejal de Croquetismos dijo que el museo ahora llamado Casa del Carnaval debe recibir el aliento popular que él llamó la "élan vital", en frase debida al filósofo francés Henri Bergson. No se sabe si Don Croqueta sabe quién es Bergson y si ha leído su obra, pero introducir una expresión en francés dentro de la presentación de un centro del Carnaval no deja de resultar paradójico, porque el Carnaval francés es una cosa diferente, como ustedes se podrán imaginar. Pero Don Croqueta quiso hacer su deposición para darse el pisto, para que todos pensáramos qué culto es. Un "¡ohhhh!" colectivo al darnos cuenta del nivel intelectual de quienes nos gobiernan. La paradoja consistió en que la imagen gráfica del museo decía "CA-RNA.VAL" , con una falta de ortografía impresionante en presencia de un licenciado en Historia y una licenciada en Bellas Artes. Llama más la atención en el caso del alcalde, que es profesor de instituto y que en ocho meses estará dando clase en Puerto Real. ¿Qué ortografía aprenderán los niños de José María González Santos? Vayamos un poco más para allá: en los preparativos del Congreso de la Lengua se presenta un equipamiento con una falta de ortografía, salvo que el Equipo de Gobierno apoye la propuesta formulada por Gabriel García Márquez en el primer Congreso, celebrado en Zacatecas, donde defendió la erradicación de la ortografía. Monsieur Croquette, en Francia, hubiera sido colgado por los pies en justo castigo por los errores de ortografía, condenado a exhalar el aliento sin descanso durante los días que hubiere menester hasta que se corrigiese el error y se escribiese en un correcto español. Si es una vergüenza que en plena Avenida ponga en un aparcamiento 'garage', vamos a recibir a los académicos y escritores hispanoamericanos con un fallo de primer orden, amparados en esa cursilería llamada "diseño gráfico contemporáneo", una buena capa que todo lo tapa, una manera de esconder un fallo garrafal. Igual Paco Cano sabe de pintura, como demostró en Arte y Naturaleza, o cuando era el niño mimado de Teófila Martínez. Debe saber la lengua de Moliere, pero no está muy ducho en la de Cervantes, quizás a la espera de que la gente sople tanto que su aliento empuje la "r" hasta su lugar natural en la sílaba. Menos mal que en marzo, cuando lleguen los escritores y académicos, no estará todavía el museo transmutado en Casa del CA-RNA-VAL. Igual Monsiur Croquette debe volver a primaria: la b con la a, ba. Es urgente un programa de alfabetización para concejales gaditanos.

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