HACE unos días se han celebrado en nuestra ciudad dos actos de honor de un gaditano verdaderamente insigne: Eduardo Benot Rodríguez. Por una parte, el Seminario Emilio Castelar le dedicó sus sesiones y por otra, el Ateneo descubrió una lápida junto a la puerta del antiguo Colegio de San Felipe Neri, del que fue director. El motivo ha sido que en este año se conmemora el centenario de su fallecimiento en Madrid, concretamente un 27 de julio de 1907, habiendo nacido en Cádiz el 26 de noviembre de 1822. La citada lápida resume muy bien el riquísimo perfil humano e intelectual de nuestro ilustre paisano. Su texto dice así: "El Ateneo Literario, Artístico y Científico de Cádiz dedica esta lápida en reconocimiento y gratitud al Excelentísimo señor don Eduardo Benot Rodríguez (1822-1907). Vicepresidente de la Ateneo, insigne intelectual y humanista gaditano, eminente filólogo, matemático, físico y poeta. Director de San Felipe Neri, profesor de Institución Libre de Enseñanza. Diputado, senador, ministro de Fomento, académico y presidente del Partido Federal. Cádiz, diciembre de 2007".

Hay otra lápida en el Salón de sesiones del Ayuntamiento que dice: "Eduardo Benot. Gaditano". En otro tiempo me parece recordar que hubo una calle dedicada a su nombre y actualmente hay un colegio denominado de igual manera. Son manifestaciones de homenaje de la ciudad a un hijo tan preclaro y que destacó en tan variadas actividades, hasta el punto de que la breve extensión de este artículo hace imposible realizar aunque sea una mínima biografía. Como filólogo, me gustaría destacar algunas de sus obras más importantes en este campo: Arquitectura de las lenguas, Cuestiones filológicas, Diccionario de ideas afines, Metrificación castellana, entre otras, aparte de una serie de gramáticas para la enseñanza de inglés, francés, italiano y alemán, y escribiendo además comedias, obras líricas y artículos. Una obra muy extensa, como puede apreciarse, la de este gaditano al que debemos honrar como se merece.