Los niños isleños se acostaron ayer con un sueño cumplido, el de ver de cerca a los Reyes Magos en su tradicional cabalgata, y con mucha ilusión puesta en la jornada de hoy, en la que por fin verán qué regalos les han dejado los de Oriente. Su paso por la ciudad en la tarde de ayer dejó un dulce sabor de boca, en parte por las toneladas de caramelos que arrojaron desde sus carrozas pero también por lo colorido, original y animado del cortejo, que sorprendió y gustó a la mayoría.
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