EL ALAMBIQUE

Alicia / Ríos

Discapacitado social

EL OTRO día era el de las personas con discapacidad y las asociaciones de aquí sacaron a la calle lo que estimaron conveniente para seguir diciendo a la gente del mundo entero quienes son, lo que hacen, donde están, qué necesitan y qué no quieren, porque todavía hay mucha gente que no lo sabe o no quiere, o lo que es peor, no le importa.

Sin embargo, todos, incluidos ellos, hacemos algo en este planeta con más o menos ayuda y todos los mortales, por naturaleza, estamos necesitados de una atención especial. ¿O no? Porque, ¿quién en este mundo (que nos ha tocado vivir) es completamente autosuficiente? Nadie. Y si alguien piensa que él, que recapacite, porque sobrevive en la mentira y seguramente estará incapacitado socialmente y, por tanto, será un discapacitado social.

Vale que mi relación laboral con Afanas El Puerto y Bahía me hace más susceptible y vulnerable, si cabe, con el tema de las personas con discapacidad, sobre todo, intelectual; vale que estoy la mayor parte del día con ellos; vale que conozco sus historias personales con nombre y apellido, pero que haya gente por ahí suelta que se asuste o te rehuya cuando te acercas, eso no lo he comprendido nunca, ni lo comprenderé.

Me supera, pero tengo que convivir con ella y respetarla aunque la incongruencia de su comportamiento sea asunto del psicoanálisis o de reflexiones cristianas, por aquello de esa demostración tan grande de la pobreza de su espíritu.

El día en cuestión, esta asociación decidió salir a las calles de El Puerto a repartir su manifiesto y unas tarjetas en las se recogían todos sus centros y servicios. Los papeles, simples folios impresos, asustaban tanto que la gente al vernos acercarnos con ellos, nos huían.

Y eso que muchos de los que estábamos teníamos caras normales, entre comillas. Señor, señora no vendemos nada sólo queremos que nos conozcan un poco más, dónde estamos, qué hacemosý

En general, pocos se paraban a escuchar de qué caramba se trataba el atropello en plena calle y los demás mostraban abiertamente su pobreza de espíritu, su discapacidad social.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios