Destrucción de Santa Bárbara

La responsabilidad directa es de los autores, sea o no fortuito, pero la indirecta es del Ayuntamiento de Cádiz

El ascenso del Cádiz a Primera no debería servir de tapadera para minimizar el incendio del pasado sábado en Santa Bárbara. Es un suceso muy grave, cuya responsabilidad directa es de los autores, sea o no fortuito; pero la indirecta es del Ayuntamiento de Cádiz, y de su alcalde Kichi. Este asunto tiene muchos aspectos a debatir. Para empezar ha quedado destruido parcialmente un mirador que forma parte del patrimonio de la ciudad. Fue una de las obras más polémicas de Teófila Martínez. ¿Se pudo construir algo mejor? La respuesta es sí. A casi nadie le gusta. Pero en ningún caso justificaría que imiten a Nerón en Roma. Tras el incendio, hay que reconstruirlo o hacer algo diferente. ¿Y qué pasará? Quemado no se puede quedar.

Se habla de lo que pudo ocurrir. Los bajos del mirador, como se sabe, eran refugio de personas sin hogar. Una visión tercermundista y bochornosa en uno de los paisajes más bellos de Cádiz. La Policía Local, según se ha publicado, reconoce que existía una conexión pirata a la red eléctrica. Sea o no la causa, es un detalle. Por suerte, no hubo víctimas personales, aunque en otras circunstancias las pudo haber. Por suerte, el incendio no saltó al Parque Genovés, que está colindante, aunque un árbol quedó chamuscado. Era una tarde de levantera fuerte, soplando en la dirección inconveniente. Los bomberos evitaron males mayores.

Todo es desastroso en este asunto. Pero no olvidemos el origen del problema. El mirador de Santa Bárbara no se puede convertir en un albergue para personas sin hogar, en unas condiciones de miseria y malestar social que son intolerables. El Ayuntamiento debe solucionarlo con alternativas más dignas, sin limitarse a la vista gorda. Kichi, Martín Vila y Ana Fernández tienen algo que decir (y que hacer) para evitar que sucesos parecidos ocurran en el futuro.

Chirría la visión que fomentan de un lumpen gaditano con su parafernalia de chabolismo urbano. ¿Qué piensan los visitantes que aparcan allí? Se habían apoderado de los accesos de un parking subterráneo de pago, bastante caro, por cierto. Conozco a muchas personas (y sobre todo son mujeres) que ya no aparcan en Santa Bárbara por miedo a volver de noche, a oscuras, y atravesar ante lo que hay allí. Con eso no digo que sean delincuentes, pero es natural el miedo, incluso entre ellos mismos.

Vamos a ver qué ocurre en Santa Bárbara. Sea lo que sea, no puede mantenerse como una vergüenza para Cádiz, ni como un símbolo de que Kichi convirtió en patrañas sus promesas a los marginados. A la vista están.

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