Desperdicio del Piojito

Es un mercadillo mejorable, pero será difícil conseguirlo si lo trasladan al solar del hospital de Puntales

Pasan los años, y no se entiende la polémica por la apertura del Piojito en agosto. Los comerciantes ambulantes reivindicaron que el mercadillo se mantuviera ese mes, en contra del criterio municipal y de algunos comerciantes locales, que lo consideraban perjudicial para sus intereses. Viendo lo que se ve los lunes de agosto, en la avenida de la Bahía, parece inexplicable aquella discusión. Porque el Piojito en el mes de agosto está más desperdiciado que nunca. Podría servir de ejemplo, en un máster de negocios, sobre lo que no debe ser un mercadillo comercial en una Zona de Gran Afluencia Turística. Todo forma parte de la libertad comercial.

Los primeros que no creen en el Piojito de agosto son muchos de los comerciantes ambulantes con licencia. Una parte de ellos prefiere irse de vacaciones y no instalan sus puestos. Probablemente, es normal, porque las ventas no les compensan los gastos. Por otra parte, quienes sí colocan los puestos venden restos de la temporada de verano, ya con escasa salida. Es lo que queda, la liquidación, hasta que empiece la campaña de otoño, que se intuye aún lejana.

Ya he escrito en otras ocasiones que el Piojito del siglo XXI merece un replanteamiento. Vender lo mismo que en los establecimientos de origen chino, y a precios parecidos, es una redundancia. El concejal delegado del ramo comercial, tras la remodelación, es David Navarro. Supongo que será más fácil arreglar el Piojito que vender el hotel del estadio Carranza. Si David consiguiera un Piojito de luxe se apuntaría un tanto entre quienes disfrutamos con los ambientes populistas a la gaditana. Es muy mejorable. Pero será difícil que lo consiga si lo traslada al solar del hospital de Puntales.

El comercio tradicional en Cádiz tiene su espacio. La amenaza para ellos no es el Piojito, sino la inadaptación a los tiempos modernos. Sobre todo de los que cerraron, porque otros sobreviven. Pero el equilibrio comercial de la ciudad permite un mercadillo, con una oferta más plural y atractiva. En agosto, compran en Cádiz muchos veraneantes que no están durante el resto del año. Son clientes potenciales, también para un mercadillo. Pero el Piojito sigue orientado sólo para el alma de la María de toda la vida, que se está perdiendo. Y aparece en el punto de mira de los ecologistas por los plásticos que se pierden en la Bahía y porque los puestos se ubican sobre el carril bici.

El reto es mantener los equilibrios y abrir una ventana a otras opciones. Las grandes ciudades también tienen grandes mercadillos, pero el Piojito no es el Rastro de Cádiz.

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