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Carta desde Manila

carlos / juan

Desahucien al fantasma

Mientras que allá el atasco como resultado de las segundas elecciones es un fantasma que se enarbola estos días ante la posibilidad de que La Moncloa pueda seguir sin inquilino refrendado por el pueblo un mes, y otro y otro más, aquí, tras las elecciones hemos descubierto que el fantasma está dentro (y no fuera) de la residencia del presidente y que, por ello, el nuevo inquilino no quiere vivir allí. Para empezar, no quiere dormir.

Las historias de casas y lugares encantados son frecuentes en Filipinas, la superstición y las creencias en lo sobrenatural forman parte, entre bromas y veras -siempre- del carácter común del isleño. Queda algo de herencia gallega, yo no creo en fantasmas pero si alguien cuenta el encuentro con uno le escucho con detenimiento y cara de sorpresa. Así la confusión aumenta. Entes como Mr. Brown, haberlos haylos en Malacañang. Probablemente también ha habido unos cuantos "señor marrón" tanto sobre la mesa de Rajoy como en los despachos de los ministros pero el caso es que este es el nombre del kapre, monstruo originado a partir de la voz española "cafre" con el sentido de bestia, que se dejaba ver bajo un árbol de los jardines de palacio. Se dice que protege tanto a la higuera de Bengala como al conjunto del palacio presidencial y que la primera dama del presidente Fidel Ramos le pidió que dejara crecer las flores que había sembrado porque se trataba de embellecer "su" sitio. Si fue cosa de Mr. Brown o de la Naturaleza eso nadie lo sabe.

Circulan otras historias en palacio acerca de apariciones de figuras sin cabezas, alguna de ellas fotografiada aunque algún fotógrafo ha sugerido que probablemente sea el resultado de una sobreexposición o un movimiento repentino de la persona captada. El presidente Duterte, entre chistes, ha dado cuerpo a estas historias aludiendo a los cinco fantasmas que se han visto en Palacio. Por eso quiere dormir en su casa de Davao, ciudad de la que ha sido alcalde durante dos décadas. Tomará el primer vuelo del día y regresará en el último.

En España el misterio continúa. Y los fantasmas aún están en las calles.

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