VUELVO a ver una tarde de estas Horizontes de grandeza en La Sexta 3. Me gusta pese a la desmesura de su duración y de su ambición. O quizá por eso. Y por Burl Ives, la música de Jerome Moross y la fotografía de Franz Planer. Tras verla me dio, en mala hora, por averiguar en qué cine de Sevilla se estrenó. Fue en el Palacio Central, en las Navidades de 1960. Después me dio, también en mala hora, por saber con qué películas compartió cartelera.
En el Coliseo España proyectaban Con la muerte en los talones, en el Imperial Los diez mandamientos, en el Llorens Enséñame a querer, en el Cervantes Dos pasiones y un amor… Y si no se quería salir del barrio los macarenos tenían El puente sobre el río Kwai en el Esperanza, los trianeros Tierra de faraones en el Emperador o Los vikingos en el Triana, los nervionenses La guarida en el Nervión, los del Porvenir Duelo de titanes en el Felipe II, los de San Vicente, el Museo o San Lorenzo Río Bravo en el San Vicente, los del Fontanal y María Auxiliadora Aventuras de Quintin Durward en el Alkázar y los de la Florida El zorro de los océanos en el Victoria.
He escrito que en mala hora me dio por averiguar dónde se estrenó Horizontes de grandeza y qué películas se proyectaban aquella Navidad de 1960 en Sevilla porque, como habrán visto, la cosa se ha puesto en plan necrológica. Sólo el Cervantes vive hoy. El Coliseo España, destruido por dentro, alberga un banco. El Imperial es una librería y Llorens un salón de juegos; el Esperanza, el Emperador, el Nervión, el Porvenir y el San Vicente son bloques de pisos; el Alkázar es un supermercado y el Triana creo que es un bingo.
Pongan voz de Rocío Jurado: qué no daría yo por ver a Hitchcock en el Coliseo, a Wyler en el Palacio Central, a Hawks en el San Vicente o a Lean en el Esperanza comiendo un cartuchito de pipas. Ahora hay que pagar una fortuna por ver una película (o lo que sea) en una sala igual a todas las otras salas, incrustada en un centro comercial igual a todos los otros centros comerciales, de la que se sale por una puerta de emergencia que nos ciega al abrirse bajo la pantalla durante los créditos finales. La nostalgia, así, es un derecho.
PD: Esta tarde, a las 4, Canal Sur emite La balada de Cable Hogue. No se la pierdan. Y disfruten con la música y las canciones -Tomorrow is the Song I Sing, Wait for me, sunrise o Butterfly Morning- del gran Jerry Goldsmith.
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