Las dos orillas

josé Joaquín / león

Democracia olvidada

SI otorgamos credibilidad a los últimos sondeos que se manejan (realizados con muestras mínimas y en un ambiente crispado) llegaremos a una conclusión básica: estamos en un país irreconocible. O sucede que demasiada gente tiene las ideas confundidas. Pues no se entiende que Podemos sea el partido con más intención de voto, que Pablo Iglesias sea el líder mejor valorado y que el rey Felipe VI haya subido en 15 ó 20 puntos el prestigio de la Monarquía, hasta unos niveles desconocidos en los últimos años. Es decir que el sistema ideal, según lo que se desprende de algunos sondeos, es que tengamos una Monarquía de felipistas que no son monárquicos (antes eran juancarlistas), con Pablo Iglesias como jefe del Gobierno.

Semejante empanada mental dice mucho sobre los tiempos que corren, en los que se han olvidado cuestiones esenciales. La primera y principal es que hay una generación al borde ya de ser cuarentañeros que no han vivido en el franquismo. Sólo conocen del régimen anterior lo que les cuentan, y no valoran el trabajito que costó pasar de un régimen autoritario a una democracia, en la que hubiera sitio para todos, desde un extremo a otro, sin que el intento terminara con golpes de estado o guerras civiles, como era acrisolada costumbre en este país. Así que algunos creen que las libertades llueven del cielo.

También hay una generación que sólo conoce por referencias la dificultad de entrar en Europa y su Mercado Común. Ignoran el aislamiento en que estuvo España, a modo de un país tercermundista. Un estatus ruinoso que se puede recuperar pronto, si gobiernan algunos iluminados, de difícil encaje en el euro y sus circunstancias.

Asimismo se olvida que antes los demócratas de derechas y de izquierdas se unieron por algunos objetivos comunes, como la lucha contra el terrorismo de ETA, que mató a muchas personas tan sólo por ser militantes del PP o del PSOE, además de militares, guardias civiles, o los desgraciados de la matanza de Hipercor.

Todo lo que hoy tenemos, que no se parece en nada a lo que hubo, se ganó incluso con sangre. Pero algunos piensan que en la España de los últimos 40 años sólo hemos tenido políticos corruptos, compinchados para forrarse con el bipartidismo. Esas nubes de la indignación han ocultado el valor de la libertad. Y también se ignora que la ignorancia suele llevar a repetir los peores momentos de la historia.

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