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fernando Lusson

Defensa del 'better together'

FUEen los últimos días de la campaña del referéndum sobre la independencia de Escocia cuando el Gobierno conservador de David Cameron puso en circulación su campaña de better together, mejor juntos, después de haber utilizado otras tácticas que no acababan de dar resultado para invertir los pronósticos demoscópicos a favor de la secesión. Se desconoce si el Gobierno de Mariano Rajoy tiene prevista alguna acción política que fuera equiparable.

Como los comicios del 27-S son, a juicio del Gobierno y del partido que lo sustenta, unas elecciones autonómicas más, consideran que bastan las propuestas de su programa electoral. No es sólo que no se vaya a formular un aumento del autogobierno o dar una solución al problema de la financiación, sino que tampoco van a dar pasos para abordar una reforma constitucional que resuelva el problema territorial para otras cuantas generaciones, para que no se interprete como una cesión ante el nacionalismo.

En estas circunstancias, ha sido el ex presidente del Gobierno Felipe González quien se ha erigido en defensor del better together desde fuera de la contienda electoral. Por supuesto que advierte del viaje a ninguna parte que supone una política de hechos consumados que parta de la ruptura de la legalidad, como pretenden Artur Mas y sus socios, y de las consecuencias nefastas para los catalanes y sus empresas de la desconexión respecto a Europa y América Latina, reconvenciones que ha motivado la reacción airada de los partidarios de la independencia con ataques ad hominem y menciones extemporáneas a la guerra sucia.

Pero en su carta "A los catalanes", tras pedirles que no se dejen arrastrar "a una aventura ilegal e irresponsable", González destaca el progreso realizado juntos desde la salida de la dictadura y pone de manifiesto que se está mucho mejor juntos que enfrentados reconociendo la diversidad como una riqueza compartida, o, más adelante, proponiendo reformas pactadas que garanticen los hechos diferenciales, eso sí, sin romper la regla básica de la igualdad de derechos y de la soberanía compartida. Sin embargo es poco probable que el Ejecutivo o los independentistas hagan caso a su última llamada al mejor juntos: "En el entendimiento podemos seguir avanzando y resolviendo nuestros problemas". Pero dos no acuerdan si uno no quiere y mucho menos si no quiere ninguno de los dos.

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