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Tribuna libre

Irene García / Macías / Secretaria General Del / PSOE De Cádiz

Defendiendo la igualdad

LAS mujeres de la provincia de Cádiz y el conjunto de la sociedad gaditana volvemos a vivir un 8 de Marzo reivindicativo. La conmemoración del Día Internacional de la Mujer se convierte en ocasión de defensa de los derechos en materia de igualdad frente a las amenazas de involución, de la mano de políticas y decisiones del Gobierno de la nación.

De la misma manera que hace solo unos años las mujeres gaditanas y españolas alzaban sus voces contra los desequilibrios en materia de igualdad, libertad y justicia en otras partes del mundo, hoy las sociedades más avanzadas vuelven sus ojos hacia esta provincia y este país, un punto negro en la celebración del 8 de Marzo en toda Europa. Si en un pasado reciente éramos modelo de reconocimiento de derechos y de consolidación de libertades, el Gobierno reaccionario del ministro Ruiz Gallardón y del presidente Rajoy nos ha convertido en un ejemplo de regresión a través de la contrarreforma de la ley del aborto.

El anteproyecto de ley impulsado por el PP retrotrae a nuestro país a una época que parecía superada, un tiempo en blanco y negro en el que las mujeres no eran dueñas de su destino, de su voluntad ni de su cuerpo. Esa involución, desconocida en el seno de Europa, es fruto de las ansias inquisitoriales de los sectores más reaccionarios de la derecha y arremete contra los derechos fundamentales de la mitad de la ciudadanía. Porque no solo supone un retorno a la tutela sobre las mujeres, sino que suprime de un plumazo su derecho a decidir libre y responsablemente sobre su sexualidad y su maternidad.

Hoy la derecha pretende echarnos treinta años atrás, a un escenario anterior a la ley de 1985; treinta años que son casi media vida y que suponen todo un mundo en el camino hacia la igualdad. La propia puesta en escena de esta vuelta al pasado, dinamitando el consenso social y político que impulsó en 2010 la actual Ley de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo, es todo un síntoma del talante de un Gobierno que solo mira hacia atrás: en el corto plazo, para excusar su lamentable gestión con el manido argumento de la herencia socialista; y en el largo, para añorar otras épocas en las que los derechos no eran sino concesiones graciosas, las mujeres estábamos subordinadas al hombre, y los anhelos de una mayoría social no contaban ante el privilegio de unos pocos para imponer su voluntad.

Siendo enormemente grave este intento de destruir derechos y libertades, tal vez lo peor no esté en su letra, sino su espíritu. La reforma de la ley del aborto no es un hecho aislado. De hecho, figuraba estratégicamente en el programa electoral del PP como una coartada perfecta para llevarla a cabo incluso con la oposición de muchos de sus votantes y simpatizantes, hasta el punto de que pueda ser el único compromiso que cumpla Mariano Rajoy.

Esta modificación-imposición legislativa es pieza clave en una involución generalizada en materia de igualdad, que incluye la reducción de un 28% en el presupuesto de la Ley Integral contra la Violencia de Género, aprobada por el anterior Gobierno socialista. Por no hablar de una Reforma Laboral que margina a las mujeres trabajadoras, ampara su discriminación salarial y las condena a la precariedad; una modificación de la Administración Local que impide que los ayuntamientos, las instituciones más pegadas a la realidad social y a la problemática de millones de mujeres, continúen desarrollando estas políticas esenciales en el día a día de nuestros pueblos y ciudades; y una falsa Ley de Calidad de la Educación cuyo espíritu segregador también amenaza unos avances logrados durante décadas…

Por todo ello, este 8 de Marzo es más necesario que nunca mantener nuestros derechos. No se trata ya de seguir conquistando, poco a poco, espacios de igualdad; sino de resistir en aras de una sociedad más libre, justa e igualitaria. Los socialistas ya ayudamos a conseguirlos en las instituciones; y ahora nos toca a todas y a todos defenderlos en las calles.

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