LA Ínsula es, con respecto a la unidad de destino en lo universal que era España, -ese vago axioma desatado-, una deconstrucción conceptual de sí misma y sus gentes, desde que la igualdad de derechos se postulase como igualdad de personas, ah, Ortega, ¿verdad, Pepe Chamorro? Y la igualdad de personas, algo imposible e improbable, somos individuos, -indivisus- cultivados o agraces, desde esa igualdad desigual que se postula y de la que huyen, personalmente, los políticos.

Va usted por la calle, un día, un paseo, y observa el tráfago de gente, caras cursivas, viejos en chándales, ridículos, con sudaderas con capucha, o gorra rapera, deportivas en los pies, pañuelos, fulares, pantalones baggui, sin estética en el vestir, con mochilas, desclasados, amorfos, irascibles, nada que ver con lo que visten un domingo, si son cofrades y van a los cultos, traje oscuro, chaleco, corbata y medalla. ¿Observan el esquema? Pues todo es así. Son los que nunca encuentran nada alabable, ni prealabable, si no cuentan con ellos, lo vampirizan ellos, lo deconstruyen ellos. Y dentro de ellos están los que han sido políticos, los que han sido asesores, gerentes, etc., que, cuando critican la realidad real y conceptual de la Isla, nadie les dice nada de por qué no hicieron algo, al menos mínimo, para remediar lo que critican ahora, durante su etapa municipal. Se conoce que la gente es más socarra, más resentida y más olvidadiza que nadie.

La democracia empezó en el año mil novecientos setenta y siete, y durante, aproximadamente diez cuatrienios con veinticinco concejales, salen unos doscientos cincuenta políticos que, según se ve, condujeron en conjunto a la Isla a la deconstructiva situación actual.

Y muchos siguen en la brecha, ¿a ver si pueden volver?, y muchas también, para estar contenta al ganar una isleña la alcaldía parisina. ¿Y qué? A lo mejor la dejan sacar el senatus justo en el Silencio, para conmemorar su etapa senatorial. Y ya ven hasta Felipe González, en el Foro Joly, ha hablado de diálogo y ayuda al gobierno de Rajoy. Pero no estos/estas, que son eternos/as sobre todo en la Ínsula. ¿Barataria de gobierno barato?. Cervantes dixit.

Pobre barquilla mía, entre peñascos rota, dijo Lope, tan poco sospechoso de chauvinismo. ¿Pasarán las nubes deconstruyendo? En la Casería, en Gallineras, en la bahía, se ven los botes, amarrados, meciéndose con el vendaval, construyendo fotos, ripios, poemas, mientras el fango pone su correa alrededor de la Isla como un aislante plateado, según reflejos, que la luz también fluye y construye panoramas.

Señores expolíticos, señoras de anteayer, aportemos futuro, allegando experiencias, sin partidismos, ni sed de poder, ni cargos de confianza.

Todos representasteis a la isla mientras moría. Muchos la gobernaron. La negatividad bien entendida por dónde empieza. Ah, pobre barquilla mía. Que no quiero escribir sobre lo que le falta a San Fernando, ni sobre lo que le quitaron. Siempre escribiré intentando sumar. Aunque, a veces, tenga que decir como Sancho, "no sé lo que conquisto a fuerza de mis trabajos".