Gastronomía José Carlos Capel: “Lo que nos une a los españoles es la tortilla de patatas y El Corte Inglés”

El pinsapar

ENRIQUE / MONTIEL

La Curva 1912 y Messi

Llegamos al Nuevo Mirador media hora antes del partido. Mi hijo había quedado allí con un antiguo alumno suyo de la Facultad de Derecho. No estaba todavía. Sí un par de centenares de jóvenes, agrupados en las puertas de preferencia. Gritaban a modo de recibimiento y ensayo el coral ¡San Fernando hijos de puta! con esa música característica. Prudente, Enrique me dijo: "Papá, vayamos a otro sitio", pero yo quería observar este fenómeno de masas para mí poco conocido pues no suelo ir a los desplazamientos del equipo azulino y como quiera que siempre he tenido a Algeciras como ciudad amable y amiga, pues estaba verdaderamente intrigado. Minutos después llegaba a los aparcamientos del campo algecireño un autobús con la afición del San Fernando. Los líderes del grupo "La Curva 1912" ordenaron marchar hacia el autobús. La Policía allí presente tomó posiciones. Aumentaron los gritos y los insultos pero el autobús siguió otro rumbo diferente al que "La Curva" había previsto. Nos vimos en medio del grupo vociferante. Los miraba con atención indisimulada. Eran jóvenes en general, hasta los 30 años. Y estaban envalentonados por el grupo mismo. Poco después llegó este antiguo alumno de Enrique, hoy amigo suyo, y fuimos hacia la zona de acceso al estadio. Pude oír allí dentro los gritos conocidos, con su música inalterable, más los "Puta Cádiz" y así. Me resultaron incomprensibles. Terminó el partido en empate, como es sabido, sin mayores incidencias. Pero luego supimos que habían lanzado piedras a los cañaíllas y heridos en la cabeza a un adulto y a un niño. El más grave, un hombre de 50 años, tenía la cara ensangrentada y se aguantaba un pañuelo sobre la herida. Pensé en la inutilidad de la violencia. Me sentí triste... Algeciras es tan amable, tan bonita ciudad en tan bonita bahía para que dos centenares de "aficionados" lapiden a gentes pacíficas que deberían ser tratadas como huéspedes...

Completamente distinto lo de Messi. Digo que me explico que no haya querido apoyar la candidatura de Madrid'20 a los Juegos Olímpicos. Debe dolerle muchísimo el haber tenido que pagar a la Hacienda española lo que defraudó, que ascendió a varios millones de euros. Y disparado sobre su subconsciente (o el de su padre) la ecuación nacionalista Madrid igual España. O sea, eso que "ens roba". Lo trajeron muy niño y aquí lo han hecho una estrella mundial del fútbol y uno de los más ricos futbolistas del planeta. Pero el fútbol tiene estas cosas raras, incomprensibles. Que paguemos los demás. Es como lo de Sartre: El infierno son los otros. No tendrá la culpa si no nos dan la Olimpiada.

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