LÍNEA DE FONDO

Rafa Burgal / Rburgal@diariodecadiz.com

Cuestión de dignidad

Muñoz debería facilitar su marcha en vez de seguir eternizando una venta que está acabando con el cadismo

DICE el refranero que una retirada a tiempo es igual a una victoria. Repasando la última década del cadismo, cada vez siento más impotencia al ver lo que el Cádiz pudo llegar a ser y en lo que se está convirtiendo en los últimos días, sobre todo con la eliminación en la primera ronda de la eliminatoria de ascenso a Segunda División.

Hace una década, con el grupo ADA a los mandos de la nave cadista, Antonio Muñoz aparecía como el salvador, el Mesías que podía salvar a un equipo que por aquella época parecía herido de muerte. Con una plantilla plagada de chavales de la tierra y Carlos Orúe en el banquillo, el Cádiz lamía las mieles de un ascenso que se escapó por un solo gol. En 2003, se eliminaron de un plumazo los años en el infierno tras empatar en el último encuentro ante el Universidad de Las Palmas. Muñoz se veía como el hombre que había enderezado el rumbo del submarino. Y dos años más tarde, Chapín daba el paso a la Primera División, aquella que no veía ni de cerca hacía doce años y tras el paso de varios nefastos dirigentes.

Los jugadores dieron el 200% de lo que llevaban dentro y por muy poco no se mantuvo la categoría -soy de los que pienso que no se arriesgó económicamente lo suficiente en fichajes-.

Unos años de gloria en los que hacer negocio con las acciones hubiera sido mucho más fácil de lo que lo es en la actualidad -de hecho, todavía hay quien achaca a Baldasano todos los males actuales-. Tal vez, 2005 fue la gran oportunidad de una retirada a tiempo en la que la afición podría haber llegado a recordar a Antonio Muñoz como el presidente que puso al Cádiz en la órbita. Sin embargo, el máximo accionista parece seguir empeñado en hacer negocio con sus acciones. En la situación actual, la retirada es simplemente una cuestión de dignidad y, como tal, debería de facilitar todo lo posible su marcha en vez de eternizar una venta que está acabando con la salud del cadismo.

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