Yo te digo mi verdad

Cuba, quien la defiende la quiere más

La democracia española no es que no sea perfecta, es que tiene grandísimos defectos pero podemos gritar que la cambien

EL actual sistema político de Cuba es una dictadura. Negarlo es tan insostenible como defender que Pemán fue un adalid de la democracia. Se podrá decir, no sin razón, que la necesitada situación económica que vive el pueblo cubano, y de la que serían muestra las últimas movilizaciones, tiene mucho que ver con el implacable e injustificado bloqueo por parte de quien debería ser su principal cliente y suministrador natural, es decir, los Estados Unidos.

Pero yo, que también viví en una dictadura aunque afortunadamente por pocos años, no quisiera residir, trabajar o amar en un país en el que pocas de esas cosas se pueden hacer libremente o, por desgracia, ni siquiera intentarlo o proclamarlo.

La democracia española no es que no sea perfecta, es que tiene grandísimos defectos de origen y de desarrollo, pero al menos podemos gritar que queremos cambiarla. Que cualquiera pueda organizarse legalmente para propugnar otro tipo de sociedad constituye un gran tesoro, así como que existan infinitas maneras de encauzarlo a través de partidos de todos los signos.

Que la política se convierta muchas veces en un arte jugado por poderes asfixiantes y en un intercambio de maniobras oscuras, o negras, no es más que un reflejo de lo dura que es la vida, en general. Pero debemos admitir la suerte que tenemos de vivir en un mundo en el que es posible esta lucha, eso sí, casi siempre desigual.

Parece ser que todo eso en Cuba no es de momento posible, y que el arte de arreglar las cosas se lo arrogan una serie de selectos personajes con el aire de infalibles y con el poder de evitar que cambien las cosas, al frente de un partido único. Existen pocos retratos más certeros de una dictadura.

Otro asunto es que quienes ni tapándose la nariz son capaces de condenar la figura y el papel de Franco o las leyes dictatoriales promulgadas en Hungría quieran aprovechar la lamentable situación del sufrido pueblo cubano para atacar al gobierno español.

O les parezca bien hacer negocios con modelos como las monarquías del Golfo Pérsico, o no digan nada de Marruecos. O que callemos todos ante la dictadura comunista más grande, poderosa, influyente e invasiva del mundo, es decir China.

Una canción muy popular en la isla caribeña que visité hace tantísimos años decía: "Cuba, qué linda es Cuba, quien la defiende la quiere más". Sólo que hay que discernir muy bien quién defiende en realidad a Cuba entre todos los que saltan en su nombre.

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