La Cuaresma en Navantia

Está aquello como en los buenos tiempos. Salen los obreros del astillero y la Policía Local regula el tráfico

Es admirable lo que tienen montado en el astillero de Navantia en Cádiz capital. Desde la semana pasada está aquello como en los buenos tiempos. Salen los obreros del astillero y la Policía Local tiene que regular el tráfico, de tantos operarios como hay. En la Carretera Industrial o avenida de Astilleros (una de las calles más feas de Cádiz, si no la que más) se nota una actividad de personas que vienen con sus bolsas de comprar provisiones, se supone que en establecimientos de la ciudad. En la puerta de Navantia vemos taxis esperando, como si fuera la puerta de un bingo. Está el astillero en esta Cuaresma como debería funcionar todos los meses del año, gracias al crucero Carnival Triumph que allí está siendo remodelado.

Los trabajos de Cuaresma en Navantia van a durar 40 días y 40 noches. Empezaron poco después de la Cuaresma verdadera, pero si aceleran, como parece, el barco saldrá en el Domingo de Resurrección, más o menos. Esta obra es milagrosa, no sólo por lo cuantitativo, sino por lo cualitativo. El barco ha entrado como Triumph y saldrá como Sunrise. Es una operación curiosa, como si entras llamándote Manolo y sales como Sonia; o al revés. Lo importante es que salga bien, porque Cádiz y su astillero se están jugando mucho en esta operación.

Se están jugando miles de horas de trabajo. Dicen que la empresa de cruceros Carnival busca un astillero en el sur de Europa para las reparaciones de sus barcos. Llamándose la empresa Carnival, en ningún sitio del sur de Europa van a estar mejor que en Cádiz, donde al Carnaval lo quieren incluir en el Patrimonio de la Humanidad y abrirle un museo, por lo que el Carnival se encontrará como en su propia casa, incluso en esta Cuaresma tan sacrificada de esfuerzo y de trabajo que han organizado.

También vienen obreros forasteros contratados por la compañía. No está claro cuántos son, al parecer más de 3.000, que se alojan en dos grandes ferris que les han colocado en el muelle del astillero. En hoteles y pensiones han gastado poco, pero estos obreros forasteros que han venido tienen necesidades. Sin ser cruceristas, hacen algunas compras. Es lo que decían antiguamente de Astilleros, que movía el dinero en el circuito del consumo. Estos días han empleado a unos 1.500 trabajadores locales, entre el personal y las subcontratas, con una inversión estimada en 178 millones.

Algunos ingenuos creían que el astillero de Cádiz ciudad estaba medio muerto, pero ya se ha visto en esta Cuaresma que puede resucitar. Que así sea.

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