Calle Ancha

Alberto Ramos / Santana

Conducción irresponsable

HACE varios días un camión de reparto de SuperCentro se detuvo en la zona de carga y descarga de la plaza del Mentidero, su conductor se bajó y entró en el almacén que hay en la plaza. Me dirigí a él, confirmé, preguntándole, si era el conductor del camión recién estacionado, y le felicité. Le dije que le felicitaba y le agradecía la precaución, el cuidado exquisito, con que había circulado por la calle Veedor, a no más de diez o quince kilómetros por hora, desviándose levemente a izquierda y derecha en función de qué acera estaba ocupada, frenando más aun si los que caminaban por la acera eran niños…, y le felicité, le dije, porque desgraciadamente es una excepción.

Cuando acompaño a mi hijo al colegio, desde que cruzamos de la calle Ancha hacia San Antonio, y sobre todo, cuando caminamos por la calle Veedor, cruzamos la esquina con Bendición de Dios y seguimos por el Mentidero, hay que ir con mucha precaución por la irresponsabilidad de unos energúmenos al volante, que no tienen respeto ni consideración, siquiera sea, con los niños que van al colegio. Se trata de conductores que en moto o en coche circulan a demasiada velocidad en calles por las que caminan cientos de personas -universitarios y escolares mayoritariamente- poniendo en peligro su integridad; conductores que no ceden el paso a los peatones, ni a otros vehículos, pese a estar debidamente señalizados; conductores que, en muchas ocasiones, llevan a sus hijos al colegio en coche sin respetar a los demás niños; repartidores de pan que circulan como almas que lleva el diablo; el repartidor de quesos que, con absoluta falta de respeto a las personas y normas de circulación, aparca en la acera de la calle Veedor; como el conductor de la furgoneta de riego de árboles y macetas que, para echar un cigarro o hablar por teléfono, detiene el vehículo sobre la acera o en un paso cebra; y qué decir de los que para tomar un café o una cerveza ocupan la acera con su ciclomotor obligando, como ocurre casi a diario, a un inválido a bajarse de la acera…

Y no se crean que los que así se comportan son todos jovenzuelos. Los que circulan por las calles peatonales con total impunidad, aparcan coches en doble fila, ocupan las aceras con sus motocicletas, corren por la calle Veedor a la hora de entrada de los niños en el colegio, irrumpen en los pasos de peatones, obligan a los escolares a caminar por el centro de la calle, ponen en peligro, en suma, a los demás, son gente de toda edad y condición social y económica. Los hay jóvenes parados y aburridos, pero también los hay profesionales liberales, funcionarios, comerciantes, y, sobre todo, repartidores que, aunque lo pretendan, no pueden justificar su irresponsable e incívico comportamiento con la muletilla "estoy trabajando". También lo está el conductor de SuperCentro que es casi la única excepción.

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