A finales de 2011 los siete profesores que firmamos este artículo tuvimos la idea de proponer la concesión del Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Cádiz a los siete padres de la Constitución en el Bicentenario de la Constitución de 1812, idea que, para simplificar los trámites burocráticos, hizo suya el Consejo de Dirección, que la presentó al Consejo de Gobierno y, posteriormente, al Claustro para su aprobación.

El Rector, correspondiendo a la iniciativa, nos nombró padrinos de la ceremonia y como tal actuamos en el solemne acto que tuvo lugar en el Oratorio de San Felipe Neri el pasado 30 de noviembre: S. Acuña Guirola, catedrática de Derecho, hizo la laudatio de M. Fraga Iribarne; F. Gala León, catedrático de Escuela Universitaria de Ciencias Psicosociales Aplicadas a la Salud, la de G. Peces Barba; A. Lorenzo Peñuelas, profesor titular de Medicina, la de M. Herrero de Miñón; J. G. Montes Cala, catedrático de Filología Griega, la de M. Roca y Junyent; L. Machuca Muñoz, profesor titular de Universidad de Radiología y Medicina Física, la de J. P. Perez-Llorca Rodrigo; M. Á. Parrón Vela, catedrático de Escuela Universitaria de Mecánica de Medios Continuos y Teoría de Estructuras, la de G. Cisneros Laborda; y J. M. Maestre Maestre, catedrático de Filología Latina, la de Jordi Solé Tura.

Para nosotros ha sido un gran honor elogiar los méritos de los padres de la Constitución. Pero nuestro mayor homenaje a ellos es este otro: la actual coyuntura de España han hecho que de un acto de celebración de la efemérides de 1812 hayamos pasado a otro de defensa de la Carta Magna y del consenso constitucional.

Como ciudadanos, más que como profesores universitarios, hicimos públicos en la ceremonia y ahora de nuevo a través de este artículo los seis siguientes deseos encaminados a superar nuestra actual crisis económica e institucional.

Hacemos un primer llamamiento a la Universidad española para que despierte de su letargo "crítico" y cumpla con su obligación social de liderar un movimiento intelectual para salir de la actual "crisis" económica e institucional, pensando, sobre todo, en el futuro de nuestra juventud.

Nos dirigimos a todos los políticos para que entiendan como una obligación la necesidad de luchar todos juntos, ahora más que nunca, por el derecho a la educación, por el derecho al trabajo y por el derecho al estado de bienestar de todos los españoles.

Rogamos a toda la ciudadanía española que entienda que sólo el diálogo, sólo el pluralismo y sólo la solidaridad de unos con otros pueden y deben ser las vías apropiadas para superar tan desafortunada coyuntura.

Pedimos a los jóvenes que se erijan en salvaguarda pacifica de la ética, la solidaridad y la igualdad como principios rectores de nuestro estado de derecho.

Animamos a todos a propiciar las reformas necesarias -incluidas las de la propia Carta Magna- para superar tan desafortunada coyuntura.

Y hacemos una llamada a la sensatez de mantenernos unidos y de llevar a cabo esas reformas con el consenso que en 1978 lograron los siete padres de la Constitución y con el consenso que en 2003 aconsejaron ellos en la Declaración de Gredos que deberían acometerse cuantos cambios de la Carta Magna fueran necesarias en el futuro.

Estos son nuestros anhelos, anhelos que condensamos en el siguiente dístico elegiaco compuesto en latín por el doctor José María Maestre para tan solemne ocasión:

Omnibus Hispanis niteant concordia paxque,/

Nam plus diuisa natio iuncta ualet!

Cuya traducción habla por sí misma:

¡Brillen en todos los españoles la concordia y la paz,/

pues una nación unida tiene más fuerza que dividida!