Con la venia

Fernando Santiago

fdosantiago@prensacadiz.org

Complú

Si el alumbrado no está por culpa de los funcionarios se podría concluir que los políticos no son necesarios

Dice el alcalde que PP, PSOE y Ciudadanos se han complotado, valga el verbo, para llevarlo de continuo a los tribunales. El hecho es que ya ha ido por diversos asuntos y nunca ha sido condenado. Quizás se deba a que los líderes del PP y de Ciudadanos son abogados en ejercicio o a la impotencia que produce el hecho de que vaya a concluir los cuatro años de alcalde alguien a quien en el fondo consideran un intruso y un partido, Podemos, que consideran ajeno al mainstream democrático y europeo. El caso es que lo que pierden en los plenos, la mayoría de las veces gracias a los votos del Partido Socialista, se pretende ganar en una especie de partido de vuelta en los tribunales de justicia, con escaso éxito hasta la fecha. Recursos de mal perdedor. Como explicaba el difunto Leopoldo: juega y pierde, paga y calla. Lo dice uno que si sabe de algo es de perder. Cosa distinta es que el alcalde achaque a eso que llaman judicialización de la política que no se haya colocado a tiempo la iluminación de Navidad. Un tirabuzón dialéctico el que usa José María González para asumir que hay un problema de gestión, aunque sea burocrático. Y en este caso no se le puede echar la culpa a la incompetencia del Adri o la ineptitud de Laura Jiménez, algo por todos sabido. Sea quien sea el responsable no tiene ni pies ni cabeza que cuando están todas las ciudades con la iluminación extraordinaria en marcha desde final de noviembre en Cádiz tengamos que esperar hasta la semana que viene para que esté ultimada. Dice el alcalde que los funcionarios están acojonaos. Es posible que se haya dado eso que Miguel González llama "huelga de bolígrafos": los funcionarios no se quieren ver involucrados en ninguna causa judicial por lo que pueda ocurrir y, al fin y al cabo, ningún funcionario se juega su continuidad en las próximas elecciones. Es responsabilidad de los políticos que las cosas se hagan en tiempo y forma e impulsar la gestión. Si no lo hacen es lícito poner en duda su capacidad para llevar los asuntos públicos. Si el hecho de que no esté el alumbrado extraordinario es por los funcionarios, senso contrario, si estuviera sería gracias a ellos con lo cual llegaríamos a un silogismo en bárbara: los políticos no son necesarios. Vamos de ese galimatías en que se ha convertido el conflicto de los chiringuitos, las transmisiones de las concesiones y el canon concesional, que nadie comprende, a que haya calles a oscuras en medio de la campaña navideña. Una especie de efecto mariposa en versión gaditana. La Teoría del Caos.

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