De Colón a Alcorcón

El esquema es el mismo de un montón de trolas que han circulado por Cádiz. Las más conocidas son las de colarse

No deberían enfadarse en el PP gaditano con La Sexta. Aunque sea un bulo que una parte de los viajeros de sus autobuses a Madrid se colaron con la excusa de Colón, y se fueron a Alcorcón a ver al Cádiz. En realidad, si el partido se hubiera jugado por la tarde, después hubieran ido casi todos, aprovechando el viaje. Pero es verdad que los que iban a Colón en esos autobuses fueron a Colón, con sus banderas, y que los viajeros eran del PP o simpatizantes, pues los conocen y no van colarse ellos mismos infiltrados. Sin embargo, lo que ha pasado con el bulo se entiende perfectamente en Cádiz, porque forma parte de las trolas gaditanas.

En la trola, como en el timo del tocomocho, hay un listo y un tonto. La diferencia es que la trola no ocurre en la realidad, sino en la imaginación del inventor. En la trola subyace una picaresca, entendida a lo Lazarillo de Tormes. El pícaro, en realidad, es listo, pero desperdicia su inteligencia al pasarse de listo sin salir del submundo donde se mueve. En este caso, la trola consiste en que el pícaro se aprovecha de un autobús del PP para ver un partido del Cádiz. Sin ser cierto.

El esquema es el mismo de un montón de trolas que han circulado por Cádiz. Las trolas más conocidas son las de colarse en algún sitio. Puede ser un autobús del PP, el estadio Carranza o el Gran Teatro Falla. La picaresca gaditana es así. Pero aunque algunos casos pueden ser ciertos, la inmensa mayoría jamás ocurrieron.

Pongamos el ejemplo del estadio Carranza. Había muchos que se colaban marineando con la famosa cuerda que echaban por el antiguo Fondo Sur, mayormente. A veces también por el Norte, e incluso se vieron casos por Preferencia y Tribuna. Ahí sí había realismo, en vez de picaresca. El colado se jugaba un buen pellejazo, por lo que afrontaba un notable riesgo. Sin embargo, otros contaban que se habían colado con una barra de hielo para el vestuario visitante, o enseñando un sobre para llevarlo al palco a nombre de don Vicente del Moral. Ahí funcionaba la trola gaditana.

En el Gran Teatro Falla, lo mismo. Se han colado cientos, quizá miles, pero casi todos con credencial o de figurantes de una agrupación, o con alguna causa justificable. Sin embargo, los trolistas gaditanos aseguran que se han colado disfrazados de Teófila, o con una coca-cola para Vicente Sánchez. Sólo se colaron en sus fantasías y vieron la sesión completa en Onda Cádiz. Aunque también contarán la trola de que se colaron con una cámara de televisión de La Sexta. La trola forma parte de la historia local.

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