La hache intercalada

Pilar Paz Pasamar

Cocineros en su salsa

Que no se trata de una receta culinaria destinada a caníbales. Faltaría más y al respeto que merece el gremio de restauradores y a esos cincuenta de los más prestigiosos a los que Ángel León, el superior entre ellos, ha invitado a una pesca de atunes en la almadraba de Barbate. Algunos también la hemos presenciado por otros medios, liberándonos temporalmente de los tropezones cruentos que nos sirven los informativos en bandeja de actualidad. Y una ha recordado aquella primera experiencia infantil en Sancti Petri, el mayor espectáculo de pesca artesanal y , como nos gusta decir a los de éste lugar para determinar antigüedades cronológicas, del tiempo de los fenicios. Que los eran: el acoso de los atunes, hembras a la vuelta o ida hacia el desove, la levantá de redes o levada, la conducción y entrada de los atunes en el buche almadrabero y el ronqueo o descuartizamiento.. No hay espectáculo que nos recuerde mas la dinámica de una corrida de toros a secas, es decir, sin el sustento marítimo, que es el principal factor en éste caso y el que eleva a grados de belleza incalculable la faena. Para preservar y proteger a ésta, que tanto cuenta en la economía nacional, hoy existen controles, leyes nuevas creadas por la Comisión Europea que, naturalmente, consideran la estética del laboreo como asunto de menor importancia. Pero para algunos de los del grupo de visitadores, según declaraciones a la prensa, han sido sorprendentes el rojo color y la abundancia de la sangre de los atunes de este caladero nacional del golfo de Cádiz, y la luz y el color de sus aguas y el modo con que los pescadores abren en canal y extraen las vísceras de esos grandes peces que acceden troceados a las neveras y cocinas. Quizás hayan acudido para descubrir la manera de impregnar con esos elementos inaprensibles la pieza de atún que tendrán cualquier día entre las manos, antes de recubrirla con capas sustanciales que aún conserve el recuerdo de esa batalla terrible y hermosa creada por el oficio del hombre para la supervivencia, la verdadera salsa bajo el pequeño cobertor de otras y la hojita de menta que la pequeña ración enarbolará, naúfraga en el centro de un bello plato de cerámica.

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