Veo por internet que eso de los cien días de gracia que se les regala a los políticos recién aterrizados a sus cargos se remota a tiempos de Roosevelt. Era como un pacto tácito entre el votante y el votado a través del cual se le otorgan esos 100 días de confianza para empezar a adoptar medidas. Pero eran otros tiempos. Los coletazos de la crisis del 29 manchaban las primeras de todos los periódicos del mundo. Los recién llegados del PP hablan de ir repartiendo cargos y tareas, como decía aquél, "despasito". La provincia no puede permitirse planes sin ejecutar, compromisos sin firmar ni operaciones paralizadas hasta que no se encuentre nombre a cada uno de los carguitos que el PSOE ha dejado en su caída. El puerto de Cádiz, sin ir más lejos, anda esperando un relevo al frente de la Autoridad Portuaria, algo que puede que no llegue hasta mediados de febrero. Y mientras tanto, la casa sin barrer y corre que viene la suegra.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios