Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

En la plaza del Falla ondea desde hace ya varias décadas otro monumento diferente al teatro, el bocadillo de chicharrones y queso de Madueño. Muchos lo disfrutamos en nuestra época de estudiantes, ligeramente calentito, con el queso en estado fundente y el tocino de los chicharrones, sudando, como un corredor de maratón en el kilómetro 33,5, por efecto del calor de la sandwichera. El pan, crujientito, ligeramente tostado… vamos una tentación… no sería raro que hasta los de Hazte Oir vieran pecado en esto, ellos que ven concupiscencia hasta en las papas con choco.

Pues resulta que este monumento de Cádiz, el del bocadillo de chicharrones no Hazte Oir, se puede perder porque el Obispado de Cádiz, que por lo visto es el propietario del inmueble, no le quiere renovar el contrato de arrendamiento a José Luis Madueño, la segunda generación de la familia que lleva regentando este local desde la década de los 50 del siglo XX.

El Obispado no quiere hacer declaraciones al respecto…sólo hablan con Dios, por lo visto, por lo que no sabemos que santo motivo hay para no renovar el contrato…probablemente será alguna obra pía.

Incluso el alcalde se puso ayer en contacto con el obispado para intermediar en el tema pero por lo visto le dijeron que…Dios lo ha querido.

Las ciudades tienen a veces monumentos que no vienen en los libros de arte, cosas que todos conocemos, cosas de diario que se convierten en tesoros secretos, de esos que sólo enseñas a los amigos de verdad.

El bocadillo de chicharrones calentitos con queso de Madueño es uno de esos monumentos invisibles, uno de esos tesoros íntimos de Cádiz, una tentación, un pecado venial que todo el mundo debería cometer al menos una vez al año.

Sería una lástima que se perdiera un sitio así, con tradición. Más valdría que el Obispado explique qué es lo que ocurre. Qué diga cual es la causa por la que quiere poner en la calle a este negocio de la ciudad que va camino de los 75 años de existencia.

De verdad le digo una cosa señor Obispo, el bocadillo de chicharrones no es la tentación de la carne a la que hacen mención el Antiguo Testamento…Puede su eminencia estar tranquila. Le prometo que en esta carne no hay concupiscencia, sino tan sólo un poquito de tocino entreverao. Recapaciten y no provoquen el cierre de un local así…por San Jacobo, el patrón de los bistés empanaos se lo pido.

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