Las dos orillas

José Joaquín León

Champán para todos

ESTAMOS perdiendo el norte (Cataluña, País Vasco, puede que Galicia) y tenemos arruinado el sur. Pedir un rescate de 4.906 millones de euros se dice pronto, pero son 814.396 millones de las antiguas pesetas. ¡Y tan antiguas! Por culpa de convertir las antiguas pesetas en modernos euros, como si fuéramos alemanes, hemos jugado a los nuevos ricos y nos ha pasado esto. Pedir una limosnita de 4.906 millones (de euros) al Fondo de Liquidez es como ponernos una losa de cuatro deudas históricas para Andalucía, pero al revés. Siempre que se pide algo, alguien lo paga después. Y es el crujir de dientes de funcionarios y demás.

Esto nos ha pasado por tergiversar las autonomías a lo grande. Ahora se está cuestionando el modelo. Se ve venir la España asimétrica como única forma de frenar el independentismo catalán de Artur Mas y el independentismo vasco de Íñigo Urkullu apoyado por Bildu, que se otea en el horizonte, más lo que pueda pasar en Galicia si los socialistas pactaran con el BNG. Lo que más fastidia a los catalanes, y están hartos de decirlo, es la España del café para todos. Odian la frase y la idea del profesor Manuel Clavero. Lo que más fastidia a los catalanes es que La Rioja, Cantabria o Murcia sean como Cataluña, que tiene vocación de ser un Estado más importante que 12 de la UE, según se publicó en el New York Times.

El café para todos ha funcionado. Al menos hasta que quedó de manifiesto que con Zapatero era imposible, pues no sabía ni el precio de un café. Zapatero, en realidad, no sabía nada de nada, por eso se cargó todo: la economía, el ladrillo, el Estado de las autonomías, lo que le pusieron por delante. Ponerle España por delante a este hombre fue un error de los que tardan varias generaciones en corregirse. Y, de momento, tampoco se ha corregido gran cosa. Zapatero terminó estropeando hasta la cafetera, con lo que ya no hay café para nadie.

Pero no quieren café y el puro se lo fuma Rajoy. En las autonomías (véase el ejemplo andaluz) después del café pidieron champán para todos, y del caro. Entre el derroche y venga Dom Pérignon por aquí y por allí, se acostumbraron a lo bueno. Después hay que pedir 4.906 millones de euros prestados. Si hubieran pedido cava para todos, los catalanes estarían más contentos. Pero no, la Junta se arruinó en el Club del Gourmet de las autonomías. Aquí tienen la ventaja de que no le pueden echar las culpas a nadie, pues ha gobernado el PSOE desde que existe la Junta. Así que la trampa es entera suya.

Algunos pensaban que el Barça-Real Madrid era como un Cataluña-España (cuando Iniesta de mi vida es manchego de Albacete), pero esto es más profundo. No se soluciona con un empate de Messi y Cristiano. Probablemente no tiene solución.

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