Cerrados por invierno

Deben buscar alicientes y alternativas que sean compatibles con alojarse junto a una playa en invierno

Esta es la semana de Fitur, cuando los políticos hablan del turismo. Aunque publican datos optimistas, también está la realidad. En la provincia de Cádiz, han cerrado 38 hoteles en la temporada baja de invierno (que no dura un trimestre, sino cuatro, cinco y hasta seis meses, depende), lo que supone prescindir de 13.587 plazas hoteleras en el litoral provincial. Según los datos que facilitó CCOO, en el litoral andaluz han cerrado un 38,5% de las plazas en temporada baja, a niveles similares a los del otoño-invierno anterior. Significa que desaparecen casi cuatro plazas de cada diez, y que la dependencia estacional es acusada, por más ferias turísticas que visiten en plan pomposo y triunfal. El diputado provincial del Turismo es José María Román, alcalde de Chiclana, que conoce bien este asunto. Por supuesto, la culpa no es suya, sino de las circunstancias.

Cádiz es la segunda provincia andaluza con más camas cerradas, después de Málaga. Es normal, ya que Cádiz es la segunda provincia andaluza en turismo de playa después de Málaga. Además, en la Costa del Sol malagueña suele hacer mejor clima invernal, aunque han notado la quiebra de Thomas Cook, que era el operador de referencia para la llegada de británicos. En Chiclana o en Conil hay más dependencia del turismo alemán, y sobre todo del español, que es reacio a las playas en invierno.

La Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Turismo y otras materias, cuyo responsable es el sanluqueño Juan Marín, de Ciudadanos, también debería profundizar mejor en este asunto. Es obvio que como se está en La Barrosa en julio o en agosto, no se van a sentir en diciembre, en enero o en febrero. Al menos, hasta 2050, cuando las temperaturas suban 10 grados. Por otra parte, los días de vacaciones en las fechas navideñas no se utilizan igual que en el mes de agosto, salvo excepciones. Así que deben buscar otros alicientes y alternativas, que sean compatibles con alojarse a la vera de una playa en pleno invierno.

Se me ocurren varias, pero asesores tiene la Diputación. Sólo recuerdo que Cádiz es una ciudad de esas características: con playa todo el año, pero la mayoría de los gaditanos sólo pisan la arena en verano, aunque otros sí, hasta para pasear al perro. Sin embargo, la ciudad cuenta con el Carnaval y otras actividades, en ocasiones mejorables, que también pueden interesar a un turista comprometido con el siglo XXI. El caso es que los hoteleros no hagan lo más sencillo: cerrar sus hoteles de lujo y dejar en el paro a los que sólo trabajan medio año.

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