La Rayuela
Lola Quero
Los herederos de España
perversiones gastronómicas
La Catedral de Cádiz se levanta sobre el mar inmensa, vertiginosa e imponente. Es una de las últimas grandes catedrales españolas y está construida para impresionar. "La Catedral es un avión de piedra/ que puja por romper las mil amarras…las torres escarpadas como gritos." (Borges)
Las Seos son símbolos majestuosos que consiguen dar personalidad a la configuración urbana. Pero este edificio es un canto al conflicto entre lo divino y lo humano, entre ciencia y fe, entre razón y sentimiento. Representa un viejo dilema que renace con fuerza en esta Plaza como hace el poeta de las caricias, San Juan de la Cruz, que confunde con su poesía mística y consigue profanar la dimensión erótica en sus versos.
Frente al misticismo de esta gran obra arquitectónica convive el pecado del hedonismo gastronómico: El restaurante del Hotel La Catedral. Fue inaugurado hace dos años gracias al esfuerzo y el compromiso con la ciudad de Javier Bote (Cádiz, 1973) un joven emprendedor que tras recibir la antigua marisquería que abriera su padre, José Bote, en los años ochenta, ha sido capaz de proyectar un pequeño Hotel Boutique con catorce habitaciones y relanzar la oferta culinaria con una cocina de varios formatos: unos veladores a pie de calle, un calmado salón interior y unas terrazas en la azotea del edificio con impresionantes vistas al primer templo de la ciudad.
El edificio del Hotel es el fruto de una cuidada y respetuosa intervención lleno de matices y de respeto al entorno. Está colmado de detalles gracias al interiorista Christian Harhoff que le ha procurado un aire diáfano, limpio y sereno. Observen el magnífico cartel anunciador del primer centenario de las Cortes de 1912 y el suelo de adoquines en la entrada que parece una continuación de la plaza dentro del establecimiento.
Pero sobre todo suban al ático del edificio. Déjense deslumbrar por el poder divino catedralicio y por el poder humano de Guillermo Longobardo, el cocinero de la casa, que elabora las mejores gambas al ajillo de la ciudad y sabe hornear en su punto el pescado a la sal. Guillermo trabajó durante años en el conocido Bar Caleta de la Plaza de San Juan de Dios y sabe darle a cada plato ese aroma portuario único.
En el salón interior, situado en la planta baja, se guarda uno de los mejores secretos de la ciudad. Las vistas a un espacio público trasero, un jardín lleno de arbustos, de estética habanera decadente pero llena de quietud y de paz. Una naturaleza muerta digna de un bodegón de Paul Cézanne. Un gran níspero, un olivo y un portentoso limonero lunero colorean este secretísimo lugar de Cádiz.
El Hotel está lleno de vida y de posibilidades. Sorprendentemente Javier Bote es un hostelero innovador, entusiasta, arriesgado y abierto a cualquier actividad. Está volcado con la ciudad. Tiene consigo a un gran equipo de profesionales como Mateo, David y Sergio que saben dar el mejor trato al cliente.
Puede ocurrir cualquier cosa en el Hotel La Catedral: lo mismo se presenta un programa cultural, que se celebra un maratón de spinning al aire libre. Lo mismo se puede disfrutar de la prostituta Hortensia Romero interpretada por la actriz Montse Torrent que a Leo Power por bulerías inglesas, mientras se celebra una Cata con arte junto al solárium, o se ve la llegada de la patrona el día del corpus con sones tangonautas de la guitarra del argentino Pájaro Bellantig.
Disfruten de lo místico y de lo humano. Escuchen las campanadas. Hagan como San Juan de la Cruz. Suban a la terraza del Hotel La Catedral, disfruten del mejor robalo a la sal, sueñen con pecar frente al poder divino. Profanen la Catedral.
También te puede interesar
La Rayuela
Lola Quero
Los herederos de España
La ciudad y los días
Carlos Colón
Ofrenda a los “héroes”, insulto a sus víctimas
Con la venia
Fernando Santiago
Obispos
Envío
Rafael Sánchez Saus
La generación del páramo