DESDE luego no se puede dejar el negocio desatendido. Me llevo sin escribir dos semanas por mis compromisos carnavaleros y ahí lo tienen: derrota ante el Hércules y mazazo ante el Granada 74. No sé si le traeré suerte al Cádiz, pero desde luego gafe no soy, a tenor de lo acontecido en las dos últimas jornadas. Pero bueno, esperemos enmendar la plana hoy ante el Tenerife. Duelo de Carnavales, los de aquí con mas ange, los de allí con mas cachas.

Por más que estemos recién salidos del Concurso del Falla, los premios de este año en la Segunda División no están dados. No sé si Paco Cárdenas habrá tomado la idea de la LFP o viceversa, pero este año suben sólo tres a Primera y aquí no hay accésit que valga. A diferencia del Falla, donde si te caes el primer día es complicado remontar, en la BBVA se pueden hacer milagros en dos o tres actuaciones. Al menos te permiten soñar, aunque la realidad sea lejana. Que le pregunten a los aficionados del Xerez cómo veían la cosa hace tres semanas y cómo la ven ahora. Probablemente la sigan viendo mal, pero el optimismo ya es otro. Traslade usted la visión a poco mas de 40 kilómetros de Jerez y ya tiene la respuesta a qué puede aspirar el Cádiz de este año. ¿Son tantos los puntos que nos separan de arriba? Pues yo no creo que sean excesivos. Otra cosa es como esté la plantilla con la marcha de los Lobos y Pavoni y otra cosa es la tabla de clasificación. Por delante de los nuestros hay muchos enfrentamientos directos y aquí va a haber puñaladas hasta el final de la competición.

El rival de hoy es uno de esos otrora gallitos de Primera, hoy convertido en pollo tomatero, eso sí, fijo en la Segunda desde hace años. Llevan seis partidos encajando goles y espero que hoy, por ser Carnaval, no rompan la racha. No puedo decirles si este partido me da o no buenas vibraciones, porque escribir esto a pocas horas de cantar en la final del Falla mi cuerpo vibra más que el buzón de voz del Fugitivo. Me da que sí, que sacaremos el partido adelante y volveremos a meternos en la pelea. Tan concentrado estamos en que nuestros jugadores estén en plenitud para hoy que hasta se ha acortado el número de agrupaciones de la final del Falla para que los nuestros descansen.

Reconozco que me gusta soñar. El Cádiz no es un equipo que esté concebido para luchar por nada. O se pelea para subir o se pelea para bajar (si usted, querido lector, es jugador del Cádiz le ruego obvie esta última aseveración). No hay nada mas anodino que un Carranza sin nada en juego a falta de seis o siete jornadas. Temporada pasada, por ejemplo. Así que vamos a ponerle salsa a esto que todavía hay mucha tela que cortar.

Un servidor se perderá el partido de hoy, pues tiene la fortuna de ser el pregonero del Carnaval de una de las localidades de la provincia donde más se vive la fiebre amarilla: Medina Sidonia. Y si soy sincero, me da igual perderme el partido porque allí se vivirá de una manera especial y en un sitio donde se quiere al Cádiz me siento como en mi casa. Y me da que hoy ganamos.