LA masiva asistencia de público que ha respaldado la celebración del festival carnavalesco de este fin de semana en Sevilla no deja de ser, por esperado, una sorpresa. Por nuestros mayores conocemos muchos aquel espectacular éxito nacional que obtuvieron en su día aquellos escarabajos trillizos de Villegas que traspasaron fronteras. Y también es sabido que desde hace ya unos años Sevilla vive el Carnaval gaditano con una inusitada pasión que no sólo se refleja en el número de agrupaciones que llegan desde la Giralda, sino en el seguimiento, y el conocimiento, de los aficionados hispalenses. Es sabido, pero sorprende. Porque algunos creen en Cádiz que los Carnavales son de aquí y de ningún otro sitio. Que se entienden aquí y se tergiversan fuera. Pero no. Por encima de rivalidades ciudadanas, que con su pizca de ange se sobrellevan espléndidamente, el Carnaval es más universal de lo que muchos creen.