Cargos en la Zona Franca

El delegado debería ser un profesional del sector, con capacidad para manejarse bien en la economía

Se supone que la Zona Franca debería ser como una empresa de empresas, un organismo de gestión, con importantes misiones para dinamizar la economía gaditana y contribuir a la expansión internacional de las empresas, que compiten en condiciones ventajosas de fiscalidad. El delegado del Estado debería ser un profesional del sector, con capacidad para manejarse bien en la economía de España y el resto del mundo. Debería ser un profesional, no sé si independiente, pero al menos no elegido a dedo por el partido del Gobierno. El cargo de delegado debería ser como el de director general de RTVE, digamos que más profesional y experto.

Por no remontarnos a Juvencio Maeztu y los ancestros, recordemos a algunos de los delegados que hubo en la Zona Franca. En tiempos de José María Aznar como presidente del Gobierno estuvo Manuel Rodríguez de Castro. Se comportaba como si fuera de la familia Koplowitz, mirando mucho hacia Panamá y el exterior. Tenía muchos proyectos, que no cuajaron, y a él ya sabemos lo que le pasó. Fue sucedido por Miguel Osuna, que había sido subdelegado del Gobierno de Aznar, y tenía otro talante, pero tampoco salió bien parado por las circunstancias. En aquellos tiempos solía pasar.

Con Zapatero en la Moncloa, José de Mier fue delegado de la Zona Franca. A la vista de lo ocurrido, lo gestionó de otro modo y él terminó mejor. Venía con la experiencia de haber sido alcalde y uno de los artífices de la Gran Chiclana hotelera. Entró a la fuerza en algunas operaciones que no les salieron bien, como la del Hospital de Puntales, e incluso colaboró con Teófila para las obras del nuevo estadio Carranza.

Cuando Rajoy llegó a la Moncloa, el PP escarmentó y optó por candidatos como Jorge Ramos, que la orientó hacia el Campo de Gibraltar, en busca de sinergias con Algeciras; o el gaditano Alfonso Pozuelo, que no era sólo el cónyuge de Mercedes Colombo, sino también un abogado conocido en la ciudad, que en otras circunstancias pudo ser candidato del PP a la Alcaldía.

Ahora han nombrado delegada a Victoria Rodríguez Machuca, concejala socialista de Cádiz, de profesión arquitecta, a la que se veía con buenas maneras para haber sido concejala de Urbanismo. Pero no sé si la hubieran escogido en un concurso profesional para delegada de la Zona Franca, sin dudar de sus dotes potenciales.

La Zona Franca debería ser un motor de la economía de Cádiz, pero se puede apreciar que va dando trompicones, al compás de intereses ajenos a las empresas.

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