Sabina, en su genial canción 'Así estoy yo sin ti', decía que se encontraba extraño como un pato en el Manzanares y absurdo como un belga por soleares. Una sensación parecida tenían dos familias hace unos días en un chiringuito en el Palmar rodeadas de jóvenes con cuerpos esculturales y tatuados a primera hora de la tarde. Uno se daba cuenta que se estaba volviendo un poco carca, que la juventud interna que siente no tiene nada que ver con lo que le rodea. Su consuelo era el ya llegarán a mi edad. No era ni mejor ni peor, simplemente distinto. En esa manera diametralmente opuesta de ver la vida está el de la exposición pública permanente, selfie para arriba y selfie para abajo con morritos, para decirle al mundo que se estaba tomando un cubata a primera hora de la tarde o que iba a ir al servicio en breve. La humanidad entera no puede vivir sin esa información que nos llega día a día. Seré un carca.

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