Cambios de nombres

La última incidencia de esta grotesca historia es que el alcalde accidental denuncia un sabotaje de la extrema derecha

Estos no son una moda de hoy, porque la Biblia nos cuenta que Dios cambió el nombre de Abram, que significa padre enaltecido, por el de Abraham, que significa padre de una multitud. Observen que en tiempos bíblicos pocos sabían leer y como la diferencia entre uno y otro nombre no radica más que la inclusión de una "h" en el nombre cambiado y esta es muda en el lenguaje hablado, el cambio pasó sin comentarios. Otro cambio bíblico fue el de Jacob, por el de Israel.

Aquí en Cádiz, el gobierno municipal tiene el empeño de cambiar el nombre del Estadio Ramón de Carranza por otro que somete a votación de los vecinos empadronados, sin que entre los nombres que propone aparezca el que parece ser que es del gusto de la mayoría, que propone que el estadio se siga llamando Carranza a secas, sin más cambio que el de omitir el nombre de pila.

Esta omisión era indispensable porque el alcalde, José León, quería dedicarlo a su padre, Ramón, al que los rectores actuales del Ayuntamiento consideran un fascista violento. La última incidencia de esta grotesca historia es que el alcalde accidental -el titular sigue de permiso de paternidad- denuncia el sabotaje, cometido, según él por la extrema derecha, que ha puesto en funcionamiento votaciones automatizadas por máquinas, que mandan votos como churros. Y esto ocurre, si es que es verdad, porque el Ayuntamiento permitía votar cuantas veces se quisiera. Pero el equipo de gobierno, anuncia que cambiará el nombre sí o sí, para continuar con el ridículo.

En esta moda de rebautizar destaca la que propone el partido político Vox, que para apoyar los presupuestos de Andalucía, exige cambiar el nombre de Canal Sur por el de Andalucía TV.

El cambio no es grande, pero parece que el reparo va en serio y de ese grupo político, que no está en coalición con el PP y Cs, depende que se apruebe el presupuesto. Las negociaciones se encuentran suspendidas.

Maliciosos comentaristas indican que tiene que ver con el discurso de Pablo Casado en el debate de la moción de censura. No se puede creer que esto sea así, porque el pretexto es de un infantilismo impropio de unos políticos solventes, cuando los presupuestos son necesarios para la gobernación de Andalucía.

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