Vuestro gozo en un pozo. El Ayuntamiento de Cádiz se las prometía muy felices. Creían que el alcalde González ya le había encajado los depósitos de Tabacalera en Loreto a la Junta de Andalucía para construir allí la Ciudad de la Justicia. Para una vez que iba a dar coba él (en vez de al revés), le ha salido mal la jugada. Tras la visita del viceconsejero Manuel Alejandro Cardenete, y tras las declaraciones de la delegada provincial, Ana Mestre, ha quedado claro que esa no va a ser la opción preferente para la Junta. Llegado el día, nadie sabe cuándo, en que pongan sobre la mesa el nuevo proyecto de la Ciudad de la Justicia de Cádiz.

Hasta ahora, lo único que se sabe es que la administración andaluza, en los tiempos del PSOE, ha perdido 15 años para nada. Una década y media para vender la burra de un complejo judicial que ni siquiera empezaron. Ahora han llegado PP y Ciudadanos a la Junta (la Consejería depende del partido de Albert Rivera y tiene como responsable máximo al sanluqueño Juan Marín) y deben ser coherentes. No se gobierna para hacer lo contrario de lo prometido.

Hay que tener en cuenta la opinión de los afectados, que son especialmente los jueces, abogados, fiscales, procuradores, funcionarios y demás personas que ejercen esas labores. La dispersión de sedes judiciales debe ser incompatible con las ciudades de la Justicia. En Andalucía prometieron ocho (una en cada capital) y sólo existen tres (en Málaga, Almería y Córdoba), mientras en las demás siguen dando largas.

En el caso de Cádiz, si van a mantener la Audiencia en su emplazamiento actual, en el límite de la frontera con Extramuros, no se pueden llevar la Ciudad de la Justicia a Loreto/Puntales para hacerle un favor al Ayuntamiento y darle utilidad a los depósitos de Tabacalera. El mejor lugar para ubicarla es el gran solar de Tolosa Latour. Deben recuperar la primera versión, que era la mejor de las posibles. Así todo el entramado judicial de Cádiz estaría próximo.

En la zona de San Severiano tendría más sentido y utilidad la Ciudad de la Justicia. En esa dirección debe trabajar la Junta de Andalucía. Insisto, trabajar. Porque esa era la idea hace 15 años, cuando no cumplieron las primeras promesas. Sin embargo, más allá de los gestos, hay que empezar a construirla, tras cumplir los trámites previos. Lamentarse por el tiempo perdido, sólo servirá para seguirlo perdiendo. Marín debe entender que el problema no ha sido la ubicación, que era la correcta, sino la ineptitud para ponerla en marcha.