ANTONIO Gala el de Brazatortas nos dice en un pasaje de sus sonetos de La Zubia que… A trabajos forzados me condena mi corazón, del que te di la llave. No quiero yo tormento que se acabe, y de acero reclamo mi cadena. El escritor naturalizado andaluz y cordobés porque le da gana, no puede expresar mejor con tan pocas palabras sentimientos que cada uno discernirá como bien le vengan.

Hace unos días cinco vecinos de El Puerto han sido condenados por el Juzgado de lo Penal número 2 de Cádiz a penas de prisión unos, y a inhabilitación para cargo público otros por el derribo ilegal de la trasera del Palacio de Vizarrón, una casa de cargadores de Indias construida en el siglo XVII, situada en pleno centro de la ciudad y supuestamente protegida al igual que el resto del casco histórico de vándalos, ignorantes y aprovechados. Puede incluso que alguien haya salido de rositas, pero si es así allá él con su conciencia.

Ya sabemos que la justicia suele ser lenta para según qué casos y qué cosas pero siempre llega. En esta ocasión se ha tardado nueve años en retratar ante la opinión pública a estos vecinos con los que nos cruzamos de vez cuando por las calles con sus miradas huidizas y andares acelerados incluidos. La falta de personal y de medios suelen acarrear mal que nos pese estas sentencias tardías, como los amores de Pío Baroja.

Pensad, pensemos que en su momento les dimos las llaves de la ciudad como las del corazón del poema de Gala a una gente que no supo cuidarla ni mimarla como se merecía y como anhelábamos nosotros. Pensad, pensemos que en este caso sí queríamos que terminara ya de una vez el tormento de la espera y que, el acero de las cadenas, de la Casa de las Cadenas, cerrara sus eslabones sobre los culpables de su maltrato.

Condenados dos de ellos por un delito contra el patrimonio, y otros tres por un mismo delito de prevaricación administrativa, confiemos en que esta ejemplarizante sentencia sirva para disuadir a posibles iluminados de nuevo cuño, y ya de paso, recordar a alguna concejal de la Corporación actual que El Puerto no es ninguna mierda, si acaso así fue como nos la dejaron algunos de sus compañeros de partido. Con el debido respeto.

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